Durango capital y Gómez Palacio se han convertido en un campo de batalla electoral. Y como en toda batalla, los estrategas de Marina Vitela y Esteban Villegas saben que en estos dos municipios se decide la gobernatura. Se dicen muchas cosas y se hacen otras. Por ejemplo, las encuestas, en lugar de disipar dudas confunden más. Unas a favor de Marina y otras de Esteban. Los que saben de estas cosas opinan que las encuestas que se publiquen entre el 22 y 25 de mayo, podrán ser definitivas. Podemos decir que la elección será muy cerrada, y si así fuera, para variar, podrían terminar los tribunales.
En toda campaña electoral no puede faltar lo que se conoce como guerra sucia, ¿habrá guerras limpias? Por si fuera poco, aparte de la guerra sucia, está el llamado fuego amigo, que nunca falta. De acuerdo a Hugo Rosales Badillo, la alianza Juntos Haremos Historia, presentará ante las instancias jurisdiccionales respectivas una denuncia sobre lo que él define como terrorismo, refiriéndose a la quema de mantas de Betzabé y Marina en Gómez Palacio. Aparte de poder ser un posible delito electoral, estos actos de vandalismo en el fondo son mensajes políticos. Hay una lógica política en estos acontecimientos. ¿Quiénes lo harían, los que van perdiendo o los que se sienten ganadores?
En política nadie se quiere hacer el harakiri o victimizarse. Pero aunque usted no lo crea, en ocasiones así sucede. Ese sería el caso de Omar Castañeda, que al no haber logrado ser el candidato de MORENA a la presidencia municipal de Gómez Palacio, en un acto desesperado pide licencia como diputado federal para regresar como síndico a ese municipio. Y no regresó para lo que fue electo, al ver frustradas sus aspiraciones políticas, sacó al “perredista que siempre ha llevado dentro”, y ahora denuncia a Marina Vitela por un supuesto desvío de recursos públicos. Sin duda, esto está dentro de sus facultades, pero ese no es el problema.
Como ciudadanos nos preguntamos la acción del político lagunero: ¿Por qué se esperó hasta ahora para hacer pública su denuncia? ¿No lo pudo haber hecho como diputado federal, tuvo que hacerlo como síndico y en plena campaña? Como dice el compositor: ¡porque respira por la herida! Usted sabe que en política no hay casualidades. Una candidata o candidato que supuestamente lleva más de dos dígitos sobre su adversaria o adversario, no tiene necesidad de recurrir a la guerra sucia o hacer acuerdos con candidatos que se quedaron colgados de la brocha. Resulta irónico que algún militante de MORENA busque descarrilar a su candidata, pero no se sorprenda si así sucede. ¿Recuerda usted el título de la película, durmiendo con el enemigo?
Siempre es lo mismo: en todas las campañas tiene que haber guerra sucia. ¿Será porque en la guerra y en el amor todo se vale? Aunque falta poco tiempo para el día de las elecciones, sin duda seremos testigos de muchas cosas que tendrán que ver con ese tipo de guerra. Claro que nadie aceptará que hace este tipo de conductas, al contrario, comentarán que lo hacen los de enfrente porque están desesperados. Nadie que va arriba en las encuestas puede hacer eso, pero si sabe que puede perder, no dudará en hacerlo. Y menos cuando va de por medio la gobernatura del Estado. La guerra sucia solo ayuda a quien va dirigida, pregúntele a López Obrador. Que no se les olvide que estos actos vandálicos se le pueden revertir a quienes los hayan cometido.
