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Crónica de una derrota anunciada

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Efectivamente, el Morena herreracalderista no perdió el 5 de Junio, fue desde Diciembre del año pasado cuando Mario Delgado decidió invalidar la voluntad de los duranguenses expresada en las encuestas que él mismo mandó hacer y entregarle la candidatura a Gobernador a Marina Vitela después de robarsela a José Ramón Enriquez; inmediatamente ese partido perdió 20 puntos en la intención de voto, cayendo otros 15 a lo largo del periodo de campañas.
Lo cierto, es que era imposible que ganaran la gubernatura cuando desde el inicio era evidente que iban a perder, al menos, los cinco municipios más importantes y poblados del Estado, incluido Gómez Palacio en el cual Marina Vitela es Presidente Municipal con licencia; no queda claro si la dirigencia morenista actuó con ingenuidad o realmente creían que iban a superar un escenario notoriamente adverso por el rechazo social hacía sus candidatos.
Nunca lograron desarrollar una estrategia consistente y eficaz de comunicación social, ya no digamos de comunicación política, su narrativa fue errante, improvisada y contradictoria, actuaron sin método y sin objetivos, sus consultores cometieron un grave error en definir el concepto “Honestidad” como epicentro del discurso, eso hizo a sus candidatos muy vulnerables debido a los escándalos de corrupción, que algunos de ellos, han acumulado a lo largo de su trayectoria pública.
La mitad de la campaña Marina Vitela la dedicó a justificar los distintos señalamientos de enriquecimiento ilícito que le hizo el Síndico de Gómez Palacio, Omar Castañeda, acusaciones que fueron minando la narrativa de honestidad, después vinieron las publicaciones en diversos medios de comunicación nacionales y de algunos locales, en los que se evidenciaba la asignación de contratos preferenciales de su gobierno en favor de una empresa en la que sus hijos aparecen como accionistas, aún no se recuperaba de esos impactos cuando se hizo público que es propietaria de veinticinco casas en diversos municipios de Durango.
En Gómez Palacio impusieron a una candidata prácticamente desconocida cuyo principal atributo era ser colaboradora de Marina Vitela para una elección en la que enfrentaría al personaje político más importante, no solo del municipio, sino de toda la Comarca Lagunera, los resultados mostraron las desproporciones entre la candidata que perdió y la que ganó, una contienda sumamente desigual.
Le entregaron Durango al Partido del Trabajo a sabiendas de que el candidato a la Presidencia Municipal sería Alejandro Gonzalez, un político obsoleto y desprestigiado que dista mucho de poder identificarse con los códigos de la sociedad actual y que de nueva cuenta se ausentó de la campaña; pareciera que se esforzó en perder y lo logró.
Desde la imposición de la candidatura a Gobernador hubo muchos factores que se fueron manifestando hasta el día de la jornada electoral que indicaban que Morena y sus aliados no tenían oportunidad de ganar el Gobierno del Estado ni los municipios más importantes, es de suponerse que ellos lo sabían y aún así desde la noche del Domingo en el que ya

quedaba claro cuáles eran las tendencias y que eran irreversibles, insistían en que habían ganado; lo cierto, es que tomaron malas decisiones desde el principio hasta el final y aun así, con todo y las diferencias de votos tan apabullantes, algunos de los candidatos perdedores declararon que impugnarán, lo cual, es de lógica elemental que sería una equivocación más porque terminarán dilapidando la poca credibilidad que les quedó; es indudable que el morenismo herreracalderista no tiene nada que reflexionar, todo fue y es más que obvio, no es necesario que se lo auto expliquen con manzanas.

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