Uno de los grandes problemas políticos que vive nuestro país, y muchos en el mundo, es la falta de equilibrios, los cuales no solo los dan los partidos políticos.
Algo similar sucede con la libertad de expresión, en donde se pretende homogeneidad, suprimiendo las voces críticas, en una bárbara mordaza contra la libertad y pluralidad. Lo peor es que la cometen quienes aseguran ser democráticos, no obstante, la lucha se debe seguir dando a través de abrir trincheras de expresión, si no es con los medios tradicionales, si con los alternativos.
En la medida que los partidos políticos dejan de ser opción para la sociedad, y esto ocurre en México desde hace más de treinta años, el deterioro partidario va acompañado de la pérdida de credibilidad y confiabilidad en los políticos.
Ante este critico panorama, en donde vemos como se hunden los partidos tradicionales, ante el optimismo absurdo de sus dirigentes, que se mueven en la turbulencia del rechazo social y el señalamiento delictivo, la misma sociedad se va políticamente reconstruyendo, como una forma de dirimir las contradicciones sociales que se generan en su interior.
La derecha más radical, ante el fracaso real de sus órganos de participación política (PAN, PRI, PRD, Frena), organizan nuevos grupos ciudadanos asesorados por la derecha europea y latinoamericana, quienes que también han contribuido a la debacle derechista; hora se aprestan, con sus asesorías fallidas, reparar la maltrecha nave conservadora en el país.
Así, con gente de derecha, furibundos antilópezobradoristas, nace el “Frente Cívico Nacional”. El objetivo, dijo el ex dirigente del prácticamente inexistente PRD, “es buscar la unidad con los partidos de oposición, a fin de postu¬lar una candidatura única para la Presidencia de Mé¬xico en 2024”.
Pretenden los mismo que los empresarios de extrema derecha, encabezados por Claudio X Gonzáles y Gustavo de Hoyos, de donde surgió la alianza PriAnRd, a la que Cecilia Soto, ex candidata presidencial del PT, en el evento fundacional de éste movimiento, llamó, “alianza exitosa”.
Acosta Naranjo, agregó que: “la división de poderes, y el sistema republicano, enfrentan enorme riesgo, por lo que el “Frente Cívico Nacional” quiere contribuir a la creación de un movimiento que se convierta en fuerte oposición social y ciudadana”, con lo que tácitamente reconoce que los partidos tradicionales ya no son alternativa ciudadana
También se dijo que: el candidato presidencial deberá surgir de elecciones primarias, y que sea el INE quien realice este proceso, para que sea la ciudadanía la que decida quién lo representará en urnas. Ahora no hay objeción por la falta de recursos del INE, o quizá ahora si procedan las consultas de Amlo.
También se hizo un llamado a los partidos políticos a permitir “entrar aire fresco” y escuchar a la ciudadanía. No sabemos si esto va dirigido a los dirigentes nacionales del PAN y PRI, que, junto con los liderazgos estatales, apestan.
En su intervención, el exsenador Gustavo Madero, dijo: “el frente promueve un gobierno de coalición, para que no sea una sola persona la que quiera gobernar el país, sino que sea un equipo de gobierno el que tome las mejores decisiones.
Este planteamiento lo hacen cuando se expulsa de los partidos, a quienes aceptaron ser parte del servicio diplomático. Así, con incongruencias, y buenos propósitos, la derecha intenta reconstruirse con los mismos personajes que la llevaron al fracaso. O no.
