La historia de los titulares de la secretaría de educación en nuestro país ha pasado por diversas etapas, desde José Vasconcelos hasta la recién nombrada Leticia Ramírez, si bien no podemos esperar muchos resultados, se le concede el beneficio de la duda; quizá el principal mérito ha sido estar cerca del presidente López Obrador por casi 30 años, leal colaboradora que su último cargo era el de la atención ciudadana, recibir y turnar las solicitudes que los ciudadanos le hacen el jefe del ejecutivo, con alrededor de 12 años estar frente a grupo y activa en el ámbito sindical, sobre la nueva funcionaria recaerán muchos asuntos pendientes que su antecesora no logró concretar, y que hoy deja el “barco” para buscar, por segunda ocasión, el gobierno del Estado de México, al final las lealtades en este sexenio federal, siempre serán bien recompensadas.
Y no es que en otros gobiernos hayan existido secretarios de educación, dignos sucesores del maestro José Vasconcelos, quien previo a ser el primer secretario de educación fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, pues esta área también ha sido un “pago de cuota” política por parte del gobernante en turno, de ahí que el sistema educativo carezca de un impulso constante acorde a la evolución mundial, y hoy al designar a la secretaria número 44 desde su creación en 1921, no se pronostica que nuestros hijos puedan ser testigos, en el corto plazo, de un nivel de educación pública cimentado en planes de estudios, infraestructura, idiomas, entre otros, porque seguirá siendo el despacho de la “lealtad” por encima de la capacidad, lo que a la postre terminará por lapidar lo poco o mucho que a lo largo de la historia esta dependencia haya podido hacer, pues se antepone la honestidad más que la aptitudes del funcionario, cuando deben ir de la mano.
Los asuntos urgentes a los que se habrá de enfrentar la nueva funcionaria, es en relación al regreso a clases a finales de este mes, pero creo que la más relevante será la de plasmar en los libros de texto gratuitos la visión de López Obrador respecto a sus políticas públicas, su creencia de nación y el movimiento que encabeza, de ahí que tendría que ser alguien de su más entera confianza para lograr estos objetivos. Aunado a lo anterior me parece que el jefe del ejecutivo buscará, a través de Leticia Ramírez, seguir construyendo una buena relación con el magisterio, principalmente con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Creo que al concederle el beneficio de la duda a la nueva secretaria, bastará con que su visión respecto a la educación pueda incluir temas como la salud mental, algo que es urgente en la sociedad mexicana, en parte derivado de la pandemia que aún vivimos y que ha generado, principalmente en los menores, desórdenes mentales que los han llevado a las adicciones, y en el peor de los escenarios hasta el suicidio. De igual forma la innovación tecnológica como una herramienta para que las nuevas generaciones salgan mejor preparados.
Estamos pues ante una bifurcación educativa en nuestro país, o seguimos lamentando este tipo de nombramientos derivado de caprichos desde Palacio Nacional, o convertimos esta dependencia en una verdadera facilitadora de la educación pública, con mejores perfiles, sueldos y plazas para los docentes con verdadera vocación de servicio, buscando llevar a todos los rincones del territorio nacional los planes de estudio, que en honor a la verdad, creo que seguiremos padeciendo lo primero, una lealtad que ni Vasconcelos terminaría de entender.
Pajareando.
Inicia formalmente el proceso de entrega-recepción en el gobierno del estado, y se ha dado a conocer que más de 60 equipos del gobernador electo, Esteban Villegas, se han integrado para recibir las 14 dependencias y 39 organismos y fideicomisos en las próximas cuatro semanas.
