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Entre Aispuro y la pared

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Da la impresión de que a nivel nacional y local, las palomitas blancas vestidas de azul pasaron de los principios de Manuel Gómez Morín al pragmatismo de Plutarco Elías Calles. Si bien es cierto que Gómez Morín trabajó con los gobiernos del hoy llamado PRI, funda Acción Nacional para hacer un contrapeso del gobierno del general Lázaro Cárdenas. Hay que decirlo, Acción Nacional, durante mucho tiempo, fue el opositor más importante de los llamados gobiernos revolucionarios. Pero un día dijo: es mejor el pragmatismo político que los principios de nuestro fundador. De otra manera, no se explican sus alianzas con el PRI y el PRD, como en el pasado proceso electoral aquí en Durango y en otros estados del país.

Dice una canción: “qué caro estoy pagando por quererte… ay cariño”. Al parecer, los panistas locales están pagando un precio muy alto por haberle prestado el logo de su partido a José Rosas Aispuro Torres. Y por si fuera poco, Aispuro mueve sus piezas a través de Carlos Maturino con el fin de tomar por asalto el partido que lo llevó al poder. Se preguntan los panistas locales: ¿y ahora quién podrá defendernos? La única persona que podría hacer el milagro político y moral para salvar al PAN se llama Toño Ochoa Rodríguez. Entendemos que Toño no buscó ese destino, pero como dijo José Ortega y Gasset, el hombre y su circunstancia. Aispuro nunca fue ni será panista, en cambio, Toño Ochoa sí lo es.

Es ahora o nunca, los panistas tienen en sus manos la oportunidad de sacar del partido al exgobernador de la alternancia. Y deben de hacerlo, es el momento histórico para poder deslindarse ante la sociedad del sexenio de la corrupción y nepotismo del llamado gobierno del cambio. Los panistas deben de aceptar también que si bien Rosas Aispuro utilizó al PAN, llegó el momento de cobrarle la factura. No deberían, por ningún motivo, dejar que el político de Tamazula en la persona de Carlos Maturino, opere para convertirlo en senador de la República en 2024. Dicen que el que avisa no engaña. En este contexto, los panistas deben de agruparse en torno a la figura política y moral del presidente municipal Toño Ochoa.

Si no van juntos en contra de los intereses que representa el doctor José Rosas Aispuro, con el grupo de Maturino Manzanera, tal vez, tal vez, mañana podría ser demasiado tarde. Los panistas deberían ver desde ahora la construcción de un proyecto político para que en el futuro, por primera ocasión, llegue al Bicentenario un verdadero panista y no repita un supuesto expriista. Hoy más que nunca, las palomitas blancas vestidas de azul deben regresar a sus principios. Si por alguna razón continúan en las trampas del pragmatismo, toman en cuenta que hoy son la tercera fuerza política del Estado. Mírense en el espejo del PRD: es un partido político testimonial y les podría suceder lo mismo. Nunca olviden que la sociedad da, pero también quita.

Por donde se vea, la próxima elección no será para elegir presidente del partido, no se equivoquen, es para cerrar el paso y sacar del partido a ya sabes quién. Toño Ochoa tiene las cartas credenciales para ser escuchado al interior del partido, su carrera y trayectoria no están en duda. Y no es que sea el militante perfecto, pero sí puede, en este momento, convertirse para la militancia panista en su líder político y moral. Como podemos ver, el panismo estira o se ahorca, y por supuesto en sus manos está resolver: Aispuro o su supervivencia como partido político ante la sociedad.

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