Miguel Antonio “México” González Lozano es un duranguense que a través de sus palabras nos ha mostrado la vida de una manera diferente, es un profesionista egresado de las aulas universitarias que describe las cosas serias y aún los acontecimientos graves con humor: José Miguel Castro Carrillo
Desde muy niña recuerdo a Miguel Antonio González Lozano “El México”, mi Tío Miguel, no solo porque se casó con Rosa Alma López Saldívar, hermana de mi papá, sino porque pasamos muchos momentos a su lado siempre rodeados de alegría y buen humor.
Las conversaciones en tormo a mi tío Miguel, eran porque él y mi papá Raúl “El Zurdo” López, habían sido desde jóvenes compañeros de diferentes luchas al interior de la Universidad Juárez del Estado de Durango y después de convirtieron en cuñados y entrañables amigos.
Sin embargo, ayer con pesar, Miguel Antonio González Lozano, se nos adelantó en el camino, dejando una huella imborrable para quienes lo conocimos de cerca y sobre todo por el legado construido como universitario, servidor público y un ser humano excepcional.
La vida de mi tío Miguel “El México”, fue prolífera en la Universidad Juárez, como uno de los protagonistas de los famosos burlesques, quien siempre encabezó memorables números artísticos de los cuales los asistentes reconocieron a través de sus aplausos.
Como servidor público, siempre dando su máximo esfuerzo desde director del parque Guadiana en la administración municipal del entonces alcalde Maximiliano Silerio Esparza, hasta escalar y ser el director del sistema del Desarrollo Integral de la Familia, DIF, acompañando a la señora Chayito Guzmán de Ramírez, esposa del Lic. José Ramírez Gamero, QEPD,
Una gran faceta sin duda fue la de escritor, ya que plasmó en diferentes libros con un gran sentido humorístico dejando huella en los Anecdotarios Universitarios 1 y 2, en los cuales describe puntualmente precisamente muchas anécdotas de los personajes dentro de la Máxima Casa de Estudios.
Como universitario, también destacó su papel como deportista y recientemente como catedrático en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas.
Se nos ha adelantado en el camino, uno de los grandes universitarios y sobre todo de los últimos “juarista”, quien junto con otros personajes construyeron gran parte de la historia al interior de la Máxima Casa de Estudios.
Su amabilidad, sonrisa y don de gente, caracterizó a Miguel Antonio González Lozano, quien se despide de este mundo terrenal, pero que ha trascendido por su gran legado como universitario, servidor público y ser humano.
Desde este espacio, vaya un sincero homenaje para “El México”, y sobre todo a su esposa Rosa Alma López de González, su hijo Miguel González López, a sus nietos, sobrinos, demás familiares y amigos.
Descanse en paz.
