
Al parecer, con la detención de José Alberto
“N” quien fuera subsecretario de egresos en el sexenio de Aispuro Torres, cayó la primera ficha del dominó aispurista. A los que les gusta la teoría política del efecto dominó, aseguran, que si cae una sola se caen todas. Si esta teoría fuera cierta, que Dios se agarre confesados, a las y los responsables del desfalco más grande del que se tenga memoria en el Estado de Durango. Significaría también que, por primera vez, no haya impunidad, omisión, olvido y por supuesto, que se haga justicia. Ya sabemos quién tiene la última palabra.
El daño que se le ha hecho al pueblo de Durango y a la sociedad, no debe de repetirse nunca más. Para ello están las Fiscalías del Estado y anticorrupción, encargadas de llevar ante los jueces de control a quienes dispusieron para su uso personal, miles de millones de pesos de recursos públicos. El mal que se le hizo a la sociedad, podrá tener consecuencias económicas en corto y mediano plazo. Los supuestos delitos que se le imputan a José Alberto “N” son de peculado y robo agravado, pero de acuerdo al nuevo sistema penal acusatorio tiene la presunción de inocencia y respeto al debido proceso.
Independientemente de las implicaciones penales de este asunto, preocupa a los ciudadanos que esto se pueda manejar de manera política y no legal. Si quienes tienen en sus manos este grave problema y le dieran al final, una solución política, parafraseando a Fidel Castro, la historia los juzgará. Se trata de dar la cara a los ciudadanos, que no se les dé gato por liebre como siempre se acostumbra: vuelta a la hoja, borrón y cuenta nueva. Los responsables de procurar justicia no pueden convertirse en cómplices de la clase política local.
Durante varios sexenios, hemos sido gobernados por distinguidos personajes que han hecho de la política una noble profesión, pero todo se quedaba en chismes y rumores cuando se hablaba de los nuevos ricos del sexenio respectivo. Como dice el refrán, tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. Y siguiendo con la sabiduría popular, esta vez, la liga no debe de romperse por lo más delgado. Si en su momento, las cosas llegaran solo hasta José Alberto “N” para justificar el desfalco del siglo, se nos daría atole con el dedo. En todo caso, con la detención de este exfuncionario del sexenio pasado, debe de ser el principio para poder llegar a la cúspide de la llamada alternancia.
En esta ocasión, la sociedad duranguense debe de estar pendiente de que se haga justicia y como diría el clásico, le devuelven lo robado al pueblo de Durango. Después de todo, es nuestro dinero y tenemos el derecho, la obligación política y moral, de estar pendientes donde quedaron esos recursos. No se trata de saber donde quedó la bolita. Esteban Villegas Villareal quien gobierna para todas y todos los duranguenses, tiene la confianza de los ciudadanos para que se haga justicia.