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De contratos y festivales

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Muy pocos son los festivales en Durango, que se salvan de la duda, la especulación y crítica de la sociedad. ¿La razón? La falta de transparencia a la hora de firmar los contratos de artistas. Es sumamente difícil, por no decir imposible, que los contratos se hagan públicos. Los motivos son varios para no darse a conocer, quienes los firman argumentan que hay clausulas de confidencialidad que exige el artista y así, todo queda en secreto y nadie sabe las cifras.

Parafraseando al clásico: ¡benditas filtraciones! En nuestra callada y tranquila ciudad colonial, los secretos del poder tarde o temprano se conocen. Por orden de aparición: ¿Cómo olvidar el sexenio cuándo se prometió “la revolución cultural”, el escándalo por la contratación de Placido Domingo? Por si la memoria nos falla, existen testimonios impresos y electrónicos donde al final, se puso en duda lo que cobraría el tenor español en el Festival Revueltas. Dicho festival ha sido el más caro de la historia. Pero también un gran fracaso.

En su momento, cuando transcurría el sexenio de la alternancia, se filtró que a Placido Domingo se le pagaría entre 25 y 30 millones de pesos. Los responsables del festival dieron a conocer que por ese motivo, el costo del festival sería de 50 millones de pesos. Sin embargo, gentes en Durango que estaban enterados de lo que cobra Placido Domingo, comentaron que sus honorarios eran en realidad entre 12 y 13 millones de pesos. Pasado el festival, en aquel entonces, Iván Gurrola diputado local, declaró a los medios que se llamaría a comparecer al congreso a la directora del ICED Socorro Soto Alanis, con el fin de aclarar el costo del festival y el pago al tenor español. Como siempre, nada sucedió.

Imagínese, si los funcionarios al congreso no respetan, a nosotros simples ciudadanos, ¿qué nos puede esperar? Con sus matices, el festival Ricardo Castro con la contratación de Pepe Aguilar, le puso sabor “perrón” al festival que organiza el municipio. “Haiga como haiga sido” se hizo público que dicho artista había sido contratado por 9 millones de pesos. Varias regidoras y regidores, declararon a los medios: ¡ya nos chamaquearon, ya no nos volverán a chamaquear! De inmediato exigieron tener entre sus manos dicho contrato para revisarlo, porque no aprobaron nada. ¡Órale! ¿Pero qué cree usted? Ya nos enteramos como estuvo el asunto del polémico contrato.

Resulta que de dicho contrato “perrón” nada es cierto. Pepe Aguilar no cobrará 9 millones de pesos, serán 5 más impuestos algo así como 6 millones de pesos. Y ya encarrerado el gato, se anunció que el festival costará 13 millones de pesos. Pero como dice el refrán; palo dado ni Dios lo quita. La duda perrona, ya se quedó en la sociedad, el municipio guardó silencio muchos días, hubo una falla en la comunicación, por no haber dado a conocer los honorarios del artista. Otra cosa: vaya usted al festival, disfrútelo, recuerde que la sociedad de Durango es la que paga con sus impuestos dicho festival. No crea usted aquello; el festival es gratis para todos los duranguenses.

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