“Cuando entendía lo que estaba pasando, ya había pasado lo que estaba entendiendo”. Una de las tantas frases del inolvidable Carlos Monsiváis. En esta ocasión, cabe preguntarse si ya es momento de entender la importancia de elegir bien al sucesor de Andrés Manuel López Obrador. Pienso que un candidato ideal para el 2024 debería ser el que represente a un partido o a un movimiento que proponga seguir cambiando el rumbo de nuestra historia republicana. Que sea honesto, con buena formación profesional, buen conocimiento del país, legitimidad en su partido, experiencia en la gestión pública, que haya dado muestras de honestidad y decencia, en pocas palabras, como dice Carlos Pellicer, que sea tan solo el ayudante de campo del sol. La historia sirve de poco si queremos buscar un candidatoideal, teníamos una pésima experiencia de casi 100 años hasta que llegó el 2018. Hay que reconocer y estar conscientes de que ya no se repetirá otro como López Obrador, de manera que se tiene que buscar un nuevo discurso, candidatos nuevos, que representan al país diverso que somos. Los grupos empresariales, la oligarquía, la clase política del PRI y del PAN e incluso los del PRD, ya tuvieron sus turnos de poner alcaldes, gobernadores y hasta presidentes y no lo hicieron bien. Ahora preguntemos a la ciudadanía y no le preguntemos a la historia que quiere, que desea y que le gustaría para el 2024 y los seis años que le siguen. Cada vez que el Licenciado Adán Augusto visita el interior de la República, siempre deja y causa una buena impresión, a Durango y a los duranguenses nos consta. Su estilo sencillo y franco no solamente contagia, sino que además permite un dialogo fluido, generoso, de frente, que casi siempre da resultados y resuelve problemas. El líder es aquel que en la mayoría de las ocasiones descubre y destaca un hecho, y es también el que, aprovechando laproyección de las masas, marca los caminos de la opinión. El líder natural es aquel que posee atributos físicos y construye una narrativa sencilla y a la vez convincente que genera confianza y sintoniza con la gran mayoría de los ciudadanos. Por eso la frase de que la esposa del César no solamente debe de serlo no pierde vigencia. El licenciado Adán Augusto López tiene fama de que siempre contesta con una respuesta, eso no lo convierte en un candidato perfecto, pero si en quien tiene mejores cualidades para gobernar. Con excepción de Andrés Manuel López Obrador, los mexicanos ya estamos hartos de políticos anodinos, aquellos qué no tienen ningún interés ni merecen atención alguna, aquellos que no destacan ni se distinguen en nada o casi nada. Adán Augusto está muy lejos de ser un político, un funcionario o un ser humano anodino, una prueba de muchas es que en su equipo de trabajo cuenta con el Licenciado Cesar Yáñez, un colaborador que conoce e interpreta como pocos la realidad del país. Una de las características de la oligarquía política es obstaculizar el registro de nuevas expresiones políticas y candidaturas que ofrezcan alternativas frescas para enfrentar los problemas que ahogan al país. Eso lo sabe el originario de Paraíso, que en vez de amedrentarse ante la óptica mezquina de los que se niegan a reconocer sus aptitudes, afronta el reto histórico que conlleva gobernar un país como México. Para que darle tantas vueltas, cuando haciendo alusión al poeta de América, lo único que desea y motiva a Adán Augusto López Hernández es continuar siendo un ayudante de campo del sol., y en ese anhelo y propósito, lo ha hecho más que bien.
