Finalmente se llevó a efecto el primer debate presidencial del 2024, el cual a pesar de las expectativas que se generaron en torno al mismo, definitivamente que dejó mucho que desear y le quedó a deber principalmente al electorado, primero por el formato que no dejó ver el contraste de ideas en torno a los temas seleccionados para ese ejercicio electoral, atiborrado de temas, aunado a un reloj destinado para la intervención de cada uno de los candidatos que fue un distractor de principio a fin y que provocó que los aspirantes respondieran todo, menos lo que los moderadores les preguntaban y que dejó al descubierto lo desaseado de la organización de este primer debate y donde el gran perdedor definitivamente que fue el electorado.
No era ningún secreto que Claudia Sheinbaum saldría a defender la ventaja que le dan la mayoría de las casas encuestadoras y así lo hizo, sin mayores exabruptos y centrándose en su discurso, el cual en todo momento, fue capotear los ataques de Xóchitl Gálvez, la cual la calificó en más de una ocasión como la “Dama de Hielo”, a pesar de lo cual, la abanderada de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” defendió los logros del gobierno de la Cuarta Transformación y evadió los temas que no le eran de su conveniencia, tales como la Línea 12 del Metro o el Rébsamen, eso sí, recordó en todo momento que la abanderada opositora no era ciudadana y que representaba los intereses del PRIAN, buscando recordar lo más oscuro de esas administraciones federales.
Por su parte Xóchitl Gálvez de arranque, se deslindó de los partidos que la están postulando y después trató de posicionar los temas que le eran favorables y en un franco ataque a Claudia Sheinbaum, sin embargo, le faltó continuidad y contundencia, pues ninguno de sus cuestionamientos fueron respondidos por su contrincante, aunado a que durante todo el debate, sostuvo una gesticulación de molestia y malestar, asimismo en el uso de las láminas de apoyo, algunas le salieron al revés y para colmo de males, en su mensaje final, se dedicó a leer y cerró con el escudo nacional al revés, lo que en definitiva tampoco le abonó a su participación, por lo que deberá replantearse muchas cosas para el siguiente debate que por principio de cuentas, deberá exigir un formato diferente.
El que de plano pasó con más pena que gloria, fue Jorge Álvarez Maynez de Movimiento Ciudadano, mismo que al arranque del debate, llamó la atención su sonrisa en todo momento incluso al abordar temas sensibles, misma que se fue diluyendo conforme se fue extraviando en su participación, la cual estuvo más encaminada a pegarle a Xóchitl Gálvez y protegiendo a Claudia Sheinbaum, además de que al tratar de presumir su dominio en el lenguaje de señas, lo hizo de manera errática, por lo que la percepción, es que dejó ir una gran oportunidad de posicionarse como una tercera opción, dejando en claro que en esta contienda, su participación será meramente testimonial y esa misma suerte podrían correr algunos de los candidatos de su partido, si no se deslindan de él.
Al tiempo…
