Las campañas han sido extenuantes para todos; afortunadamente, ya se están acabando. Los partidos y las coaliciones del Ambiente Político, han hecho todo lo humanamente posible, para convencer al electorado, que por un lado, desea que continúen las acciones cuatroteístas con todo lo que implica, y por el otro, que se dé un golpe de timón, que cambie la realidad por la que atraviesa nuestro país. En efecto, la elección presidencial se ve altamente polarizada, con una ventaja aparente de Claudia Sheinbaum, que paradójicamente contrasta con el discurso de Palacio Nacional, en el que se habla insistentemente de un “golpe de estado técnico”, de un posible fraude, o de operaciones facciosas, que pondrían en “riesgo la transformación”, mientras que Xóchitl Gálvez deja entrever que es factible vencer en las urnas a la 4T. En ambos casos, todo depende de la movilización del 2 de junio, el día “D”.
En el 2018 la gente salió a votar motivada por el “hartazgo social”, provocado por la corrupción de los gobiernos “prianistas”. AMLO supo capitalizar ese sentimiento ciudadano, que vio en él una verdadera esperanza para salir adelante. Como candidato prometió soluciones a todas las problemáticas habidas y por haber, pero como presidente, se ha dedicado a recordarnos que el culpable de todo fue Calderón, y que el “PRI robó más”; que el sistema de Salud está a punto de llegar a niveles superiores a los de Dinamarca; que los hechos violentos y su difusión mediática, son con la intención de atacar su proyecto de Nación; y que él tiene otros datos respecto al desarrollo económico. El gran acierto de AMLO, ha sido que elevó a rango constitucional los “programas sociales”, y que una buena parte de los beneficiarios perciben que es él, su “cabecita de algodón”, quien se los ha entregado. Es a este sector poblacional, al que MORENA y sus aliados sacarán a votar el día “D”.
En la actualidad, los partidos de la Cuarta Transformación, a diferencia del 2018, están en el poder. Además, ya cuentan con una estructura que se está organizando para “operar” la movilización del día “D”. Los tropiezos electorales les enseñaron a no dejarle al “Pueblo sabio”, la voluntad de ir a votar. Por su parte, los “AntiAMLO” saben que la única forma de lograr su cometido, es saliendo a votar. Lo que son las cosas y las vueltas que da la vida, esta porción del electorado saldrá a las urnas motivada por el mismo sentimiento que los “AMLOVERS” lo hicieron 6 años atrás. Desde luego, los partidos políticos PAN, PRI y PRD, harán su parte para movilizar al electorado, tal y como lo hicieron en las mareas “rosas”. Por lo tanto, en Durango también veremos esa “guerra de estructuras” que deberá mostrar en cada casilla, de cada sección, su efectividad en la movilización.
Sin embargo, no basta solo con movilizar. Llevar a los electores a las urnas, implica el riesgo de que voten en contra; todo eso, seguramente lo deben tener fríamente calculado. Durante estos días, la maquinaria se estará aceitando para conseguir el objetivo de esta contienda. De nada les habrá servido el convencimiento de los ciudadanos, si éstos no acuden a emitir su sufragio. Por el bien de Durango y de México, todos esperamos que la jornada electoral se lleve a cabo en un clima de paz. Por ahora, “disfrutemos” lo que queda de campañas, y preparémonos para lo que sigue: la movilización del día “D”.