Uno de los principales argumentos que ha esgrimido la oposición desde hace más de dos años, con el propósito de descalificar a quien entonces era aspirante a la Presidencia de la República, y hoy virtual ganadora del proceso electoral del domingo, Claudia Sheinbaum Pardo, ha sido en relación a que la futura primera Jefa del Ejecutivo será solo alguien que estará en la silla presidencial, pero que atrás seguirá mandando Andrés Manuel López Obrador, como líder del movimiento que él inició.
Pero considerando el abrumador triunfo que obtuvo en las urnas, incluso con más sufragios que el propio López Obrador cuando llegó a Palacio Nacional, hay quienes consideramos que sí podría haber un desmarque de Sheinbaum Pardo de quien la respaldó para conseguir el objetivo, a pesar de que siempre ha sido fiel a los principios que ha encabezado el Presidente desde hace muchos años, el poder modifica a las personas. Así de sencillo, hasta el Maximato tuvo su fin con la llegada de Lázaro Cárdenas a la Presidencia de México en 1934, al grado de mandar al exilio a quien era llamado el “Jefe Máximo de la Revolución”, Plutarco Elías Calles.
Casos como ese lo hemos visto cada sexenio en lo federal y hasta en las entidades, de ahí que me parece que Claudia Sheinbaum podría llegar con un criterio propio de cómo gobernar, quizá más radical que López Obrador, o más negociadora, que sería lo ideal, pues a pesar de tener una mayoría abrumadora en el Congreso de la Unión, creo que hablaría bien de la nueva presidenta asumir un rol de apertura con la oposición, pero aquella que argumenta y no la que solo se dedica a atacar. A muchos mexicanos nos daría mucha confianza que así sucediera, y que de entrada no busque polarizar aún más a nuestra sociedad, que no seamos buenos o malos, simplemente que nos veamos como mexicanos.
Factor EE.UU.
Creo que el país debe mantener un rumbo de estabilidad política, social y sobre todo financiera; el factor Estados Unidos, y el proceso electoral que vivirán en noviembre, serán una referencia del gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum a partir de octubre, y me refiero a que, como siempre, dependemos de lo que hagan o dejen de hacer nuestros vecinos para que nos ayude o perjudique. Es decir, por más que de este lado se quiera imponer un régimen, de cualquier tipo, será necesario esperar la relación diplomática que se dará entre la primera presidenta mexicana y el casi seguro triunfador en ese país, Donald Trump, pues ya quedó demostrado cómo es su forma de ejercer el poder.
Si le añadimos la decisión que acaba de tomar Joe Biden, de regresar a los indocumentados mexicanos a nuestro territorio, pues el asunto se torna más complicado. Porque si analizamos bien este tema sería muy difícil para la nueva administración dar “cabida” a nuestros paisanos que vendrían de regreso, no hay empleo en este momento en el país. Sabemos que por parte del mandatario norteamericano es una estrategia de campaña, buscando su reelección, pues cada candidato en esa nación que toma como “bandera” a los migrantes, les genera votos de sus ciudadanos. es un reto difícil para Sheinbaum, por lo que primero deberá meter en la agenda, como prioridad este asunto.
Coalición.
Luego del análisis que seguramente los partidos que integran la coalición “Fuerza y Corazón por Durango” harán, creo que comenzará a definirse la conveniencia de mantenerse juntos para los comicios del próximo año en la renovación de las presidencias municipales, más allá de quién aportó más votos, creo que como lo han hecho hasta hoy, por lo menos en lo local, han sacado buenos resultados y hoy son un gobierno de coalición.
El común denominador entre legisladores, como el caso de Verónica Pérez Herrera, Luis Enrique Benitez y Ricardo López Pescador, es que deberán continuar. Veremos qué dice la militancia y sobre todo la ciudadanía.