La canasta básica de los políticos tiene que llevar huevos. Es el nutriente más importante para dar excelentes resultados. Los políticos de cualquier partido o signo ideológico necesitan fuerza, vigor, dinamismo, enjundia y arrojo para ser eficaces, eficientes y efectivos en sus tareas diarias. Un político debilucho mental, física y espiritualmente de poco sirve a los ciudadanos. No dará buenos resultados. Ese tipo de políticos abunda en México. Siempre se les ve cansados, sin ánimos para hacer las cosas que la sociedad les encomienda. Trabajan por trabajar. El verdadero éxito depende del carácter sólido de una persona y no solo del talento y César posee las dos cosas, a cuál César me refiero, pues a el Licenciado Cesar Yáñez Centeno a quien más. La biografía política de César es amplia, pero lo interesante es la personalidad del colimense. Los años 2018 y 2024, fueron dos verdaderos tsunamis en la vida política del país de los cuales el Licenciado Cesar Yáñez ha sido protagonista de primera fila. César Yáñez es considerado como uno de los colaboradores más cercanos de López Obrador, pues lo acompañó durante sus tres campañas electorales (2006, 2012 y 2018). La del 2006 se definió por medio punto y Cesar estuvo ahí, no se amilanó, por el contrario, seis años después una vez más estuvo al lado del político más extraordinario del México contemporáneo. En esta ocasión tampoco se logró el objetivo, pero dos hombres hechos de acero no se quiebran tan fácilmente y para el 2018, el Licenciado Andrés Manuel López Obrador y Cesar Yáñez Centeno estaban listos para la tercera. César Yáñez es un personaje que sí conoce a los auténticos liderazgos de Morena y al igual que y después de AMLO como nadie conoce todo el país. Por ese motivo, entre otros muchos atributos, fue que el hijo de un exgobernador fino y respetado de quien heredó su generosidad y humanismo, fue llamado para incorporarse al equipo cercano de la Doctora Claudia Sheinbaum. El Licenciado César Yáñez Centeno, es un político que ha hecho de la estrategia y del diálogo, su herramienta preferida para estar presente durante 20 años en el círculo donde se toman las decisiones. Se ha convertido en un operador político que ha mostrado su eficiencia y su eficacia, al grado de que ha estado en el lugar adecuado, a la hora adecuada y con los grupos adecuados siempre y en todo momento poniendo sus capacidades al servicio del Movimiento de Regeneración Nacional. Cierto es que hoy los que hacen trabajo político, lo primero que deben tener en claro, es que no serán candidatos y quizá tampoco funcionarios de primer nivel. La operación política la deben hacer quienes hayan tenido credibilidad regional y local, esos actores políticos que han vivido siempre en ese trabajo y que hoy más que nunca, son valiosos para cualquier proyecto. Si lo de hace seis años fue un tsunami de 30 millones de votos, lo del domingo 2 de junio que llevó a Claudia Sheinbaum a la Presidencia, con 35.9 millones de sufragios, fue un maremoto electoral de los cuales el Licenciado César Yáñez es protagonista indiscutible de ambos sucesos históricos, pues después del señor Presidente, Yáñez Centeno es quien mejor tiene un mapa impresionante de conocimiento de todo el país. Las agallas constituyen el punto donde convergen la pasión y la perseverancia. Es resiliencia ante el rechazo, templanza frente al miedo. Es enfocar la vida con una actitud sin pretensiones ni jactancia, aun frente a probabilidades difíciles. La verdad es que estoy cada vez más convencido de que los hombres necesitan arriesgarse. Es una forma de vivir. Es una forma de descubrir quiénes somos realmente. Sin riesgos, nuestra hombría se atrofia. Nos convertimos en animales enjaulados. Si no hay una forma saludable y sagrada de emplear nuestra testosterona, tendremos problemas. Es interesante darnos cuenta que muchos, la mayoría, de los hombres y mujeres verdaderamente buenos son personas extrañas a la fama. Son grandes porque comparten sus conocimientos y bondades con los demás… ese es César Yáñez, un político que genera confianza. Son muchos los que proclaman su lealtad, pero un hombre digno de confianza, ¿quién lo hallará? Proverbios capítulo 20, versículo seis.