La primera Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, asumió ayer la más alta responsabilidad, esto luego del triunfo obtenido el pasado 2 de junio, y con ella, además del título en femenino, llega también un cúmulo de pendientes por resolver, quizá aún sin desprenderse de su “padrino” político en su primer discurso me parece que la historia que estamos presenciando estará muy relacionada con el futuro que nos espera a los mexicanos, pues más allá del género existen hoy muchas exigencias para quienes los votantes hayamos elegidos que llegara a Palacio Nacional, se le debe exigir por igual.
Sheinbaum Pardo enfatizó mucho la continuidad que se le dará a prácticamente todos los proyectos que se emprendieron durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, en momentos incluso parecía que estábamos escuchando al tabasqueño hace seis años; acabar con los privilegios, primero los pobres y que no puede haber un gobierno rico con un pueblo pobre se convirtieron ya en la “bandera” de la Presidenta. Los proyectos ferroviarios y desde luego los programas sociales continuarán.
Hay quienes sí esperábamos cierto desmarque ahora que ya asumió, pero los primeros minutos de su discurso, luego de saludar a los invitados de otros países que asistieron a su investidura, los dedicó a echarle “porras” a su ahora antecesor, algo que por lo menos en la historia moderna no habíamos visto, pues incluso durante la hegemonía priista el cambio de mandatario siempre establecía un inicio y una nueva forma de gobernar, hoy parece que todo seguirá igual. Quizá uno de los mensajes más importantes fue que ella sí saludó a su llegada a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, algo que López Obrador omitió, ni siquiera por cortesía.
Gabinete.
Tras la designación de su gabinete, y que también desde ayer asumieron su responsabilidad, será interesante ver cómo será su actuar, pues 10 de las secretarías fueron asignadas a perfiles estrechamente relacionadas con López Obrador, es decir, aquí surge el cuestionamiento de a quién habrán de rendir, si a quien entró o a quién ya salió. Creo que un reto para Claudia Sheinbaum será el dejar de centralizar el flujo de información de cada dependencia, pues en los últimos seis años nadie, absolutamente nadie que no fuera el Presidente podía hablar de un tema, tan es así que hubo secretarías que nunca supimos quién era su titular; así de simple.
Seguridad.
Uno de los rubros que abordó con esa similitud de su antecesor fue el relacionado a la seguridad, cuando hace hincapié en que se atacarán las causas, así como se dijo hace seis años, y de nuevo trajo a la “palestra” discursiva el apellido Calderón, haciendo referencia al ex presidente mexicano señalado por la 4T como el iniciador de la guerra contra el narcotráfico. Será interesante ver hasta dónde le da el discurso a Claudia Sheinbaum de “otros datos” o el clásico “todo es culpa de los anteriores”, porque ahí estará involucrando al tabasqueño. Ella y su equipo de seguridad deberán regresar la calma a la brevedad en las zonas de mayor riesgo en el país. Es hora de ponerse a trabajar.
Impuestos.
Nadie puede negar que cuando en los discursos de cada inicio de administración se dice que no aumentarán los impuestos ni el precio de los combustibles, hay esperanza, el problema es que en los hechos cada quien interpreta lo que le conviene, pues esta misma promesa se dijo ahí mismo en San Lázaro hace seis años y resulta que la gasolina siguió incrementándose, si bien es por temas de carácter internacional y el precio del barril, así como las importaciones, hoy se paga más, aunque con la frase de “en términos reales” quieran hacernos creer que no ha subido.
Hay que ser muy claros en las exigencias a la nueva Presidenta, no se trata de partidos ni de ideologías, aunque quisieran seguir dividiendo al país, es por el bien de las familias que aquí vivimos, la esperanza está puesta en Sheinbaum Pardo, y los resultados, no pueden esperar.