El peregrinar del aún Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, lo ha llevadorecorrer la Cámara de Diputados Federal, el Senado, a buscar el arropo de sus colegas de partido y homólogos; el actuar del Gobernador, tanto sus declaraciones mediáticas, sus apariciones y la forma en la que comunica, son más parecidas a la de una persona que es perseguida, y no a las de un mandatario elegido por la ciudadanía; el mandatario no ofrece ni respuestas, ni soluciones, ni da explicaciones de lo que ocurre en la entidad, sus comentarios se limitan únicamente a laberintos verbales que no ofrecen nada más que excusas.
Actualmente nadie gobierna en Sinaloa, no lo hacen quienes están en guerra en el territorio sinaloense, porque ese no es su negocio; no lo hacen los empresarios.porque conocen las consecuencias de estar en esa silla; y la débil, por llamarla de algún modo, oposición política en Sinaloa, no tiene los suficientes elementos para encargarse de un Estado en plena descomposición.
Mientras nadie gobierne en Sinaloa, las facciones del Cártel de Sinaloa siguen en su novena semana de guerra, en donde no hay ganadores, solo perdedores, muertos, sangre, decepción y daños colaterales focalizados en la sociedad civil, y en una clase empresarial que a cuenta gotas ve como se cancelan inversiones, se cierran negocios y se debilita la posibilidad de cerrar el año 2024 de buena manera.
El Gobernador Rubén Rocha Moya, es y será uno de los personajes más recordados por quienes habitan Sinaloa, ya que su incapacidad, falta de tacto y estrechas relaciones obscuras lo han convertido en un títere sin hilos, que únicamente es sacado a escena cuando ya no hay alternativas.
La falta de liderazgos, pero sobre todo la inactividad de las autoridades ante lo que ocurre en Sinaloa, refleja que quienes tienen el dominio en la entidad son poderes facticos arraigados con el tiempo y sostenidos por una clase política débil y sin proyección.