No extraña que cuando el ambiente electoral comienza a subir de tono, la guerra sucia también crece proporcionalmente, máxime cuando se está en juego no solo las presidencias municipales, sino la elección del 2028 con la renovación de la gubernatura, que aunque parece aún lejana la fecha, de lo que ocurra el 1 de junio determinará en gran medida quiénes serán los aspirantes al CCB de manera natural, quizá desde esa perspectiva se motiva cierta desesperación por querer desestabilizar a la entidad y a la elección en la que nos encontramos inmersos; el asunto es que quien termina perdiendo es el ejercicio de la política, y no precisamente los partidos o los candidatos.
Relevante ha sido la postura que asumió el gobernador del estado, Esteban Villegas, pues sin dar nombres deja entrever que si bien los actos difamatorios en su contra provienen desde el estado de Puebla, evidentemente alguien desde aquí los está orquestando, y se supone que no es ningún militante del PRI ni del PAN; pues hay quien busca llegar a la presidencia municipal de la capital quizá para ser alguien incómodo a la administración estatal y buscar “encaminarse” a una postulación dentro de tres años. Cada quien deberá sacar sus propias conclusiones.
Contienda limpia.
Lo que buscamos muchos duranguenses es que sea una contienda electoral limpia, que gane quien decidamos la mayoría de los electores; las descalificaciones, informaciones falsas y el encono, no deben ser parte de nuestro sistema político-partidista, pues ello provocará también un desencanto aún mayor de la política y el abstencionismo seguirá creciendo en los próximos años. Ojalá veamos propuestas, por encima de las descalificaciones, porque, de darse el caso, en el que tres ex presidentes municipales aparezcan en las boletas electorales, me parece que en los debates que habrá de organizar el IEPC la prioridad debería ser con base en los resultados que cada uno ha obtenido durante su gestión, o no los señalamientos que generen roses verbales.
Al interior.
En este momento todos los partidos deberán estar trabajando al interior, con su militancia, sus estructuras, en la unidad, en los mensajes y diseño de las campañas electorales que habrán de iniciar el 9 de abril, con Durango, Gómez Palacio y Lerdo, antes que estar pensando en desgastar las acciones de gobierno tanto estatal como municipal; sin duda a veces se ve “la paja en el ojo ajeno” nada más. Cabe señalar que los todavía precandidatos tienen una tarea pendiente de “cerrar filas” con quienes ya han sido nominados por sus partidos, es el caso de Morena, a quienes les llaman “promotores de la Cuarta Transformación”, pues tanto en la capital como en varios municipios los “saldos” no están saldados, y si quieren realmente ser competitivos en las urnas, el trabajo es al interior, no al exterior.
Imagen.
Ahora, en cuestión de imagen, difícilmente los candidatos a la presidencia municipal de la capital, si es que son ex presidentes, podrán modificar una imagen respecto a su forma de hacer política, hoy podremos evaluar a todos y cada uno de ellos, pues una elección municipal no va a cambiar en nada la forma de conducir la administración en el municipio de Durango, de ahí que las propuestas de campaña sean en concordancia del estilo con el que los duranguenses los percibimos, pues un color partidista no hace que las cosas sean distintas. Siempre será importante la imagen que has dejado a tu paso en política, pues esa será la mejor “herramienta” para conquistar el voto ciudadano.
Se regresa.
Recordemos que todas esas acciones negativas tienen siempre un efecto contrario, y todo se regresa, por eso más vale utilizar esa energía que busca dividir a los duranguenses, en acciones propositivas para nuestras familias; dejemos de lado el rencor para llegar a una contienda de ideas y propuestas. Sé que es algo difícil de lograr por los intereses inmersos, pero siempre valdrá la pena intentarlo.