Finalmente se dio el registro de José Ramón Enriquez Herrera, como candidato de la coalición Morena-PT-Verde por la alcaldía de Durango, evento en el que buscó mostrar músculo político, tanto de morenistas como de sociedad civil, sin embargo, hubo tres ausencias que en definitiva marcaron la agenda ese día, la de Gonzalo Yañez, líder moral y político del Partido del Trabajo; la de Gerardo Villarreal, coordinador estatal del Partido Verde y; la de Andrés Manuel López Beltrán, responsable morenista del proceso electoral en estas tierras, el cual ni duda cabe, tenía cosas más importantes que hacer que venir a apoyar a su candidato.
Lo anterior brinda un análisis obligado sobre dichas ausencias que bien pudieran estar provocando desorden en algunas corrientes morenistas, pues es innegable la molestia de que muchos hombres y mujeres que creían tener merecimientos de ir en la planilla o fueron marginados o de plano, los registraron como suplentes en posiciones en donde difícilmente llegarán, es decir, tendrán una participación netamente testimonial y estarán tentados a hacer una campaña de brazos caídos, lo que no sería nuevo en esa corriente política.
De llamar la atención que a prácticamente cinco días de que arranquen las campañas en Durango, Andrés Manuel López Beltrán brille por su ausencia, cuando juró que aquí viviría durante todo el proceso electoral para tener un control total de los candidatos morenistas y sus aliados, lo que en los hechos no ha ocurrido, por lo que no ha faltado el morenista que ha asegurado que el Comité Ejecutivo Nacional ya abandonó a sus candidatos aquí, caso concreto la del oftalmologo y la de Flora Leal, en Lerdo, esta última con una división incluso mayor, pues Felipe Sánchez quien contendiera en el procedo interno por esa candidatura, ya anunció que va, pero por otro partido político, lo que irremediablemente le dividirá el voto a la morenista.
Dicen que en política la forma es fondo y este pudiera ser el caso de la desatención que tiene en Durango el hijo de “Ya Saben Quien”, mismo que bien pudiera aparecerse en el arranque de campaña y otra vez, volver a desaparecer, lo que no deja de generar incertidumbre en algunas casas de campaña como en la capital y en Lerdo, de ahí que la posibilidad del fuego amigo y de campañas de brazos caídos, sea latente para esa corriente política, la cual pareciera tener mayor interés en el 2028 que en las elecciones del 1o de junio de este año. Al tiempo.