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En campaña, las malas compañías no suman… restan y embarran

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Dentro del entorno político se han acuñado muchas frases. Si bien es cierto que algunas son muy representativas, otras están totalmente alejadas de la realidad. Por ejemplo: El que se mueve, no sale en la foto, creación del mítico Fidel Velázquez, fue una verdad universal en la época del partido hegemónico, en los tiempos del tapado, donde el gobernante tenía el derecho de elegir a su sucesor, acción que muchas veces se replicaba en los entornos estatales. Actualmente, los propios mandatarios les piden a los aspirantes que se muevan.

Otra frase ampliamente difundida es: En política no hay coincidencias(o su sinónimo: En política nada es casual). Aunque una parte muy importante del ejercicio político se basa en estrategias, en la práctica han existido coincidencias reales, las cuales han provocado que se incline el rumbo hacia un plan B, C, D, F o G: hechos fortuitos, coyunturas, circunstancias que han dado como resultado giros inesperados, golpes de timón en el rumbo político. El magnicidio contra Colosio fue una tragedia para México, pero una afortunada casualidad para el ascenso de Zedillo a la presidencia; al ser el coordinador de campaña del fallido candidato y no ser funcionario, era el único que tenía posibilidades de entrar al relevo. El error de diciembre, el Fobaproa, una mala campaña de Labastida, junto con la ilusión de un cambio, sumado al hartazgo hacia el PRI, entre otros elementos, provocaron el triunfo de Vicente Fox, quien, a la postre, de una forma totalmente involuntaria, ocasionó el vertiginoso y exponencial crecimiento de López Obrador con el juicio de desafuero en su contra.

La forma es fondo, frase acuñada por el ideólogo del Revolucionario Institucional Jesús Reyes Heroles, sigue siendo una afirmación muy válida. Esto se constata en los protocolos, las ceremonias y los discursos: estos son parte de los mensajes que se envían desde el poder. Pero también los gobernados han acuñado frases contra la clase política y el ejercicio del poder: Todos los políticos son iguales, sólo militan en diferente partido, El poder embrutece, La política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos, El que no tranza, no avanza, Prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila,Al pueblo, pan y circo.

También son ampliamente conocidas frases como: El poder se ejerce, no se comparte, En política no hay amigos, hay intereses, La política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos, En política, la lealtad dura hasta la traición,Quien traiciona una vez, traiciona siempre,El poder desgasta”… o su contraparte: No desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo. Todas estas frases, entre muchas más, son ampliamente conocidas. Sin embargo, en tiempos electorales cobra especial relevancia la frase: En política, todo suma…”. Desafortunadamente, quienes la afirman desconocen u omiten la segunda parte: “…y todo resta, por lo que habría que aprender a leerla completa: En política, todo sumay todo resta.

Si bien es cierto que en un proceso electoral los positivos influyen, los negativos son determinantes. Y en esta afirmación no me refiero tan solo a los candidatos, sino también a quienes los acompañan. Cuando afirman que se hace política sobre la premisa de no robar, no mentir y no traicionar, a muy pocos se les cree son contados. Y todavía son menos los que, al afirmar no ser iguales, convencen. Por supuesto que no: son peores, mucho peores que cualquier político o que cualquier ciudadano. Hombres pequeños, con ideas pequeñas, con aportes pequeños, pero con grandes resentimientos. Su único aporte es a la derrota. Cuidado. Mucho cuidado.

Cómo última frase: una elección no la gana quien más aciertos tiene, sino quien comete menos errores.

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