En la constitución, está establecido lo que se conoce como división de poderes: el ejecutivo, legislativo y judicial. También, la constitución dice que dichos poderes deben ser votados y electos por el pueblo, hasta ahí, todo está correcto. Pero en los hechos, el poder judicial durante muchos años no había sido votado, pero esa es, otra historia. Los tres poderes tienen sus funciones, pero todos deberían tener el mismo fin: servir a la sociedad.
El poder judicial encargado de impartir justicia, se ha inclinado por beneficiar a quienes tienen poder político y económico. Por esta razón, los impartidores de justicia nos quedan a deber, sobre todo porque sigue vigente la frase de Luis Donaldo Colosio: “veo a un México con sed de justicia”. Como todos sabemos, el poder ejecutivo es el encargado de gobernar para todos, pero en ocasiones solo gobiernan y benefician a sus amigas y amigos y el nepotismo, es la marca registrada de ese poder.
Aquí en Durango, las y los ciudadanos, solo tenemos el poder legislativo para manifestarnos. El recinto del congreso estatal ha sido testigo en muchas ocasiones, donde acuden los grupos de la sociedad a manifestarse. En la sede del poder judicial del Estado, no tenemos memoria de que grupos en busca de justicia se manifiesten al interior. Del Bicentenario ni se diga, es algo como la muralla china, nadie puede pasar, y si lo hace, pone en riesgo su integridad física entre otras cosas. En conclusión: el poder ejecutivo y judicial en Durango no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa.
Por esa razón, el único lugar en donde se puede acudir es al congreso del Estado. Y algo más; en el congreso local se han visto los grupos llamados vulnerables para protestar con libertad y no recordamos que hayan sido agredidos físicamente. La responsabilidad de cualquier congreso local o federal ,es legislar para que las leyes que ahí se aprueban, sean en beneficio de la sociedad y de quienes los eligieron como sus representantes populares.
Pero en Durango, el congreso no debería ser el único espacio para las y los duranguenses. Los demás poderes el ejecutivo y el judicial, deben escucharnos, porque son poderes públicos y a quienes los integran, somos nosotros los que pagamos sus sueldos con nuestros impuestos. Pero mientras eso sucede, el recinto sede del Congreso del Estado, seguirá siendo el espacio para que todos y sin distinción, puedan acudir para ser escuchados por las diputadas y diputados locales.