Este martes generó gran revuelo, una nota que se publicó en el contexto nacional y en la que se aseguraba que – según datos del gobierno federal – en México durante los últimos 15 años, habrían desaparecido alrededor de 100 mil personas, las cuales, fueron reportadas por sus familiares en esa condición y pareciera que se las tragó la tierra, pues nunca se volvió a saber de ellas, por lo que se sospecha que podrían haber sido víctimas de la comisión de algún delito de alto impacto, pues las fichas de búsqueda que se emitieron durante esos tres lustros, fueron 205 mil 271 fichas, es decir, prácticamente de ese universo la mitad, sí aparecieron, muchas de las cuales, lamentablemente sin vida y entregados sus cuerpos a sus familiares.
Desde luego que el tema no es menor y la responsabilidad estaría compartida en los tres últimos sexenios – incluido el que aún está en curso -, pues según datos aportados por la Comisión Nacional de Búsqueda, las estadísticas que se llevan datan desde la administración de Felipe Calderón quien en aquellos entonces y en la idea de legitimar su gobierno, le declaró la guerra al crimen organizado, no por nada, durante su gestión, se levantaron casi 40 mil fichas de búsqueda, mientras que con Enrique Peña Nieto, fueron 97 mil, muchos atribuyen las cifras de ese último régimen priista a la herencia de su antecesor, un tema que aún se presta al debate y a la discusión, sin embargo, tendría mucha lógica, sin eximir la responsabilidad del líder del grupo Atlacomulco.
En el caso del actual sexenio federal, según la misma base de datos, en estos casi cuatro años de administración, ya van casi 70 mil fichas de búsqueda de personas en calidad de desaparecidas, un tema preocupante y que pinta, para superar en ese oscuro renglón, lo de los dos sexenios anteriores, pues hay quienes piensan que la estrategia de abrazos y no balazos, simplemente no está funcionando y que debería ser cambiada, aunque quien despacha en Palacio Nacional piense distinto, tratando de preservar la vida de los mexicanos, más allá de que semana a semana, nos enteremos de nuevas matanzas entre grupos antagónicos del crimen organizado, sin obviar claro, el renglón de los desaparecidos, un tema del que nuestra autoridades deberían de ocuparse con mayor ahínco.
Del universo de personas en calidad de desaparecidas, el mayor número está entre los 15 a los 19 años, lo que representa poco más de 55 mil reportes de ese tipo, muchos y muchas de las cuales, seguramente víctimas de la comisión del algún delito, otros, reclutados contra su voluntad en células de la delincuencia organizada, pero la gran mayoría, no se sabe nada de su paradero o que fue de ellos y de ellas, de ahí el que sea recurrentes que familiares de desaparecidos recurran a las redes sociales para que sus demandas sean escuchadas, con casos en donde han logrado paralizar ciudades y estados, algunos otros, con una gran atención mediática del orden nacional que obliga a las autoridades a actuar con prontitud, suerte con la que no corren en resto de las víctimas de este delito.
