En México, explicar algo con peras y manzanas significa expresarlo de forma tan sencilla que cualquiera pueda entenderlo. En el último día de sus funciones, la anterior legislatura local, con excepción de la diputada Sandra Amaya, le aprobó al gobernador solicitara un crédito por mil setecientos millones de pesos, que según el tamazulense se requería para reestructuración de la deuda a largo plazo y sobre todo para realizar obras. A unos cuantos días de que se vaya este fallido gobierno, los duranguenses le pedimos al que está a punto de partir, que antes que empiece a hacer maletas para irse a Culiacán, nos explique con peras y manzanas en que se gastó ese dinero que nos pertenece a todos. En que se gastó Aispuro el dinero si deja a Durango endeudado por todos lados. Que informe por qué no les daba el dinero a los municipios y lo jineteaba. Que le hizo al recurso que estaba etiquetado para la elaboración de uniformes escolares y el motivo por el cual el gobierno del estado no pagó a las aseguradoras las primas de sus propios trabajadores. Que diga Aispuro el motivo por el cual el puente encantado no se terminó en la fecha pactada y costó tres veces más de lo programado inicialmente. Por qué se llegó al extremo de no tener dinero para gasolina en la fiscalía ni papel sanitario en Tribunal Superior de Justicia. Antes de que se vaya, que el Doctor en Derecho convertido en Gobernador, les diga a los universitarios en que invirtió o a donde fueron a dar los más de 300 millones que se niega a entregar a la UJED. Pero también habrá que preguntarles a los diputados de la anterior y de la actual legislatura local, por qué permitieron y permiten que este señor que mal gobernó Durango, hipotecara el futuro de las generaciones de duranguenses. Que los diputados también expliquen con peras y manzanas el motivo por el cual no exigen trasparencia, combate a la corrupción y rendición de cuentas de un dinero se supone nos pertenece a todos y no solamente a un puñado de privilegiados que durante seis años ejercieron excesivo poder, nepotismo y tráfico de influencias. En este sexenio de frivolidades, todos nos dimos cuenta que al Doctor en Derecho José Rosas Aispuro Torres, le fascina la música del Julion Álvarez y de los Tucanes de Tijuana. Tan es así que el 15 de septiembre del 2021, el gobernador nos hizo creer que el Julion vino a Durango a cantar gratis para un reducido grupo de 80 personas a puerta cerrada, lo que no dijo fue que en una de las salas del segundo piso del museo Francisco Villa y con la complacencia de la directora del Instituto de Cultura del Estado que durante seis años solo sirvió de tapete, el Julion cantó en exclusiva para el gobernador, su familia y un grupo selecto de invitados. Y luego en el colmo de la desfachatez, el gobernador y su directora de comunicación social, nos quisieron ver la cara al afirmar que la madre del Julion era originaria de Simón Bolívar, cuando en realidad la señora no tiene ni la menor idea de dónde queda ese municipio. Fueron tan grises los colaboradores del gobernador, que al tamazulense no le quedó otro remedio entre mezcal y mezcal – si no como entender la llamada al periodista Iván Soto para amenazarlo- que solicitar la asesoría del Julion Álvarez para resolver asuntos relacionados con la administración pública. Así eran las conversaciones entre asesor y asesorado: –Maestro Julion perdone que lo moleste, pero es que le marqué a Mario Quintero de los Tucanes de Tijuana y no tuvo tiempo de atenderme y como usted es mi otro asesor, le hablo para que me ayude a resolver un problema al cual no le encuentro solución, sabe que en el patio del edificio Bicentenario nació un arbolito, Rosario Castro dice que es un manzano y el Totoy dice que es un peral, ¿usted qué dice? En su inmensa sabiduría como si fuera el rey Salomón, el Julion respondió: –Mira Pepe Aispuro, lo único que te puedo decir es que mientras son peras o son manzanas lo que deben hacer Rosario Castro, el Totoy y tú, es cuidarlo, regarlo bien y quitarle la yerba, si no, no van a tener ni peras ni manzanas…ah y otra cosa, no andes diciendo que mi señora madre nació en el municipio de Simón Bolívar, y que por ese motivo fui a cantarles gratis a tus cuates el año pasado en el museo Francisco Villa, eso es falso y tú lo sabes. Así fue este malogrado sexenio, no hubo ni peras ni manzanas, ni futuro ni nada bueno.
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