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Se vende esta casa, se remata

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¿Esto le deja la alternancia a la sociedad duranguense? Nos preguntamos si la victoria histórica de Esteban Villegas Villareal será suficiente para salvar a Durango de la también deuda histórica que hereda del gobernador electo. Desde hace dos años, la deuda del gobierno de la alternancia pasó de semáforo verde a semáforo rojo. Pero como dijo Carlos Monsiváis: somos el país del valemadrismo. Los responsables de este tsunami financiero no hicieron nada, y parafraseando al clásico, al cabo Durango ahí te quedas. ¿Sabe usted al final quién pagará está deuda histórica como lo es el FOBAPRO? Ya adivinó: nosotros. 

Marcela Andrade, la responsable de la entrega-recepción de la administración que se va, ha dicho de entrada que Durango es una casa hipotecada a punto de salir a remate por falta de pagos. La misma Marcela ya nos dio un adelanto del anuncio que hará la próxima semana… porque aun hay más. Los ciudadanos se preguntan, correcto, no hay dinero para pagarle a los municipios, a la UJED, a los proveedores, entre otros rubros, pero como dice el comercial ¿y el dinero apá? Ese es el eje central de la respuesta que está obligada a dar la administración de la alternancia. Ya sabemos que no existen los recursos públicos, pero queremos saber el destino de los mismos y no explicaciones retóricas financieras por parte del secretario de Finanzas, como lo hizo en el Congreso del Estado.

La administración saliente no puede decirnos que el gobierno federal no le entregó a tiempo los recursos que le correspondían. Y ya que hablamos de mujeres y de traiciones, pongamos como ciudadanos en la mesa lo siguiente: el gobierno federal le entregó al gobierno de la alternancia un promedio de 32 mil millones de pesos por año. Si hacemos cuentas, serían aproximadamente 200 mil millones de pesos en el sexenio. De acuerdo a datos dados a conocer por el gobierno de José Rosas Aispuro, aseguran que realizaron 4 mil 500 obras. Siguiendo con las cuentas, serían 20 mil millones de pesos en total en el sexenio, es decir, un gasto en obra pública de aproximadamente 3 mil 250 millones de pesos por año. Ni siquiera ponemos en duda que ese recurso se gastó, la duda que tiene la sociedad es como la canción de Salvador Novo: la cuenta ya perdida, la cuenta ya olvidada. 

El gobernador electo Esteban Villegas Villareal no solo tiene un compromiso político con la sociedad de Durango, también es legal y moral. Es tan grave el problema financiero que no podrá hacerse lo que en otras ocasiones: borrón y cuenta nueva. Ningún otro gobernador electo había tenido la legitimidad con la que cuenta Esteban Villegas. Con esa legitimidad debe anteponerse la moral a la política. La situación que nos pinta Marcela Andrade es como una novela de humor negro. No basta decir que Durango es como una casa hipotecada, necesitamos saber quienes la hipotecaron y dejaron de pagarla. Pero algo es algo: ya sabemos que en su momento podría haber responsables de la hipoteca.

Debemos de estar atentos al desarrollo posterior a la entrega- recepción. Creemos que, en su momento, si hay investigaciones al respecto, podrían fincarse responsabilidades administrativas o penales según sea el caso. También pudiera haber supuestos delitos de peculado, nepotismo, tráfico de influencias o enriquecimiento ilícito. En fin, apenas se comienza a ver la hidra de mil cabezas. Por último, si hay responsables de un quebranto financiero, no debe de haber omisión o impunidad. El gobernador electo tiene la oportunidad de pasar a la historia, por segunda vez.  

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