El lunes 19 de septiembre, no solo tembló en México, también se estremeció el Ambiente Político en Durango, cuando en las primeras horas del día, un decreto emitido por el gobernador Esteban Villegas, era la antesala de lo que a la postre ocurriría en el Congreso del Estado. El acuerdo administrativo decretado por Villegas, instruía a titulares de oficialías del Registro Civil, a celebrar los actos matrimoniales sin discriminación, y sin que fuera necesario que medie recurso legal alguno, para su procedencia, más allá de los requisitos legales establecidos en el Código Civil del Estado. La polémica se dejó sentir. Mientras los representantes de la comunidad LGBTQ, celebraban la decisión del mandatario estatal, los grupos profamilia, se manifestaban desconcertados, pues sabían que en el llamado “matrimonio igualitario”, del decreto a la aprobación en el Congreso, solo existía un paso.
Se cumplieron los tiempos. Ya no era posible postergarlo más. La polarización social en este tema, era una bomba de tiempo, a la que se le había activado el botón de cuenta regresiva. Los grupos pro matrimonio hombre-mujer, que señalaban inconsistencias jurídicas en el dictamen, exigieron que se abriera un proceso de consulta a la sociedad, en el que se involucrara a diferentes sectores y especialistas, así como una agenda de parlamento abierto sobre los temas de matrimonio y la familia en Durango. Sin embargo, el impacto social del decreto emitido por el gobernador Villegas Villarreal, calentó un tema que permaneció congelado por más de una década en el recinto legislativo, derivando en la aprobación del dictamen de reforma al Código Civil, con 15 votos a favor y 9 en contra, que no fue nada fácil construir, y que según trascendió, mucho tuvo que ver el cabildeo de la diputada Sandra Amaya, coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena.
En redes sociales se hizo tendencia el #MatrimonioIgualitario, al tiempo que los activistas de la diversidad, celebraban que después de una intensa discusión en el edificio de 5 de Febrero y Zaragoza, en la presente legislatura, se daba un paso decisivo en materia de Derechos Humanos, pues a decir de personajes como Ezequiel García, el hecho, representaba un gran paso para la comunidad y la sociedad en general. Cabe destacar que las y los diputados en su mayoría, fueron consistentes respecto a su posición en el tema. Todos los integrantes del Grupo Parlamentario del PAN, encabezados por el también presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Joel Corral Alcántar, votaron en contra del dictamen, siguiendo la línea doctrinal del blanquiazul, así como las diputadas tricolores Susy Torrecillas y Sughey Torres, quienes con anterioridad habían manifestado su decisión en el mismo sentido.
En solo unos días, Esteban, sí que agarró al “toro por los cuernos”, obligando a que el Poder Legislativo hiciera lo propio. En efecto, las opiniones seguirán siendo encontradas, la aprobación del matrimonio igualitario, no limitará las discusiones al respecto, aunque, según como lo veamos, es ya una batalla ganada para sus impulsores, y una derrota para quienes se definen como defensores de la familia y el matrimonio. Quizás, era necesario que se diera un “empujoncito”, o un buen trancazo, para que se tomaran decisiones que, aunque se darán en absoluto apego a la ley, las batallas entre estas dos posturas contrarias, seguirán librándose, como reza la oración…por los siglos de los siglos.
