Es prácticamente un hecho que el ex Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será el candidato republicano para el proceso electoral de este año, y las tendencias indican un inminente triunfo para que llegue de nuevo a la Casa Blanca, pues los tropiezos y el mal momento que vive Joe Biden tienen cada vez más cerca al magnate de encabezar el país más poderoso del mundo.
El asunto aquí es que este proceso electoral en el vecino país, está estrictamente ligado a México, de entrada por el discurso que ha manejado en los últimos días en relación a que, de volver a ganar, durante los próximos cuatro años se estaría implementando la deportación más grande en toda la historia de esa nación, y que además habrá de cerrar las fronteras marítimas del pacífico para evitar la importación de fentanilo desde nuestras costas. Este discurso, así de contundente, vuelve a generar amplias simpatías con el electorado estadounidense.
El asunto aquí es, que como mexicanos debemos considerar al momento de emitir nuestro voto ¿quién de las dos aspirantes más fuertes, Claudia y Xóchitl, realmente va a defender nuestra soberanía?, ya que no se trata de un asunto menor el hecho de que durante los primeros años de López Obrador, que coincidieron con el primer periodo de Trump, si bien fue una relación de respeto, el propio magnate ha señalado durante esta etapa de sus aspiraciones, que nuestro mandatario tuvo que atender su petición de cerrar la frontera sur con efectivos militares, lo que terminó siendo un “muro” para evitar el paso de migrantes hasta esa nación. Incluso lo dijo en un tono de “victoria” respecto a esta relación bilateral.
Creo que esto también es motivo de análisis serio, más allá de las ideologías partidistas y políticas, los mexicanos debemos también “apostarle” a que llegue a Palacio Nacional la candidata que más capacidad tenga para no dejarse “ningunear” por el muy probable próximo Presidente de los Estados Unidos, quien tenga más “agallas” para defender la integridad nacional. Es claro que es un reto nada sencillo, pues parte de lo que México es hoy depende en gran medida de lo que hagan o dejen de hacer nuestros vecinos, pero creo que ante un perfil tan extremo de gobernar, como el de Donald Trump, lo que menos queremos ver los mexicanos es a una Jefa del Ejecutivo que “doble las manos”.
Y no hablo de ser “respondón” ante quien puede gobernar ese país, hablo de que debemos analizar a detalle quién tiene mayores posibilidades de construir acuerdos donde se logre un “ganar-ganar” para las dos naciones, sin mostrar debilidad ante los embates mediáticos que acostumbra Trump. Por un lado me parece que Claudia Sheinbaum ha mostrado señales de debilidad ante algunos hechos que ocurrieron durante su estancia en la jefatura de gobierno de la CDMX, y que ello impidió ver cómo es su manejo ante las crisis, y un claro ejemplo es lo que ocurrió con el accidente de la Línea 12 del Metro, donde terminó por hacerse a un lado para que el único vocero fuera el Presidente López Obrador, algo que delimitó su posible cualidad para hacerle frente a este tipo de problemas.
Por parte de Xóchitl, aunque mediáticamente es más “entrona” y maneja un lenguaje muy “florido”, creo que de llegar a Palacio Nacional deberá rodearse de un gabinete que la respalde ante los asuntos bilaterales. La veo débil al momento de tomar decisiones, algo que no debe ocurrir frente a Trump que es un “viejo lobo de mar”, y como muestra ella misma ha reconocido que no ha “metido las manos” en la distribución de las candidaturas de los partidos opositores, es decir, ni siquiera ha mantenido el control en un aspecto tan relevante para ella y sus aspiraciones, que todo se lo ha dejado a los partidos.
Esto es producto de un análisis más a fondo, pero es algo que debemos considerar al estar frente a la boleta el próximo 2 de junio.
