Parafraseando a José Alfredo Jiménez: ¡Pero todo, todo se acaba, las campañas y la guerra sucia también se van! Por fortuna, en 11 días más, las campañas políticas “por la disputa de la nación” como el ensayo de Carlos Tello y Rolando Cordera, llegarán a su fin. Terminarán también, la danza de las promesas, “que las mentiras parezcan verdades” y la ola de violencia electoral donde todas y todos meten las manos, para intimidar a la sociedad.
Los que quieren regresar a los privilegios del poder, afirman tanto en medios impresos, digitales y en redes sociales, que estamos viviendo una escalada de violencia sin precedentes. Pero omiten decirle a la sociedad, que también será la elección más cara de la historia, pagada con nuestros impuestos a excepción de Ricardo Salinas Pliego y muchos como él. Y hablando de mujeres y traiciones, sabemos de los presupuestos millonarios que de manera legal reciben los partidos, pero no, del dinero ilegal que hay en estas campañas, ¡tantos miles de millones de pesos, para que al final, todo cambie para que todo siga igual.
Quienes utilizan la guerra sucia o la violencia para llegar al poder, piensan que el fin justifica los medios. En ocasiones las campañas se parecen más a un reality show, incluyendo a los debates presidenciales, que a una campaña con propuestas para darle solución a los problemas estructurales de México. Los debates, son aprovechados para buscarle al adversario o adversaria, algún pasado familiar con implicaciones legales, acusaciones que se quedan en el debate, porque nunca llegan las denuncias a las instancias competentes, porque es fácil acusar y otra es comprobar.
Si las campañas electorales son para regresar al poder o seguir conservándolo, si todo se reduce a buscar el poder por el poder, entonces, los ciudadanos no tenemos porqué ser rehenes de la clase política mexicana, para lograr sus fines. Valga como ejemplo lo siguiente: este domingo se llevará a cabo la marcha llamada “la marea rosa”. Dicha marcha aseguran, que la organiza “la sociedad civil” y piensan el PRI, PAN y PRD, que la sociedad “se chupa el dedo”. Atrás de esta marcha, están los partidos que apoyan a Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, ya lo dijo Juan Gabriel: lo que se ve no se pregunta.
En esta guerra sucia hasta la bandera nacional es pretexto para ello. Y ya encarrerado el gato, la candidata de Fuerza y Corazón por México declaró: “el único traidor en México se llama Andrés Manuel López Obrador”. A unos días del cierre de campaña Xóchitl y sus asesores nunca entendieron que la candidata siempre fue Claudia Sheinbaum y no López Obrador. La candidata de MORENA estuviera en un error, si hubiera confundido a Marko Cortés, a “Alito” Moreno y a Claudio X González con la candidata Gálvez. Les falló la estrategia, y están a muy pocos días de saber que se equivocaron, no es lo mismo “chana” que “feliciana”.