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Haruki Murakami y el Jazz: Resonancias literarias de una pasión melódica

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El mundo literario de Haruki Murakami está impregnado de una musicalidad innegable que oscila entre notas de melancolía y episodios de clarividencia emocional, siendo el jazz, no solo un telón de fondo, sino un pilar estructural en su narrativa. Nacido en Kioto en 1949, Murakami, no solamente ha emergido como uno de los escritores japoneses más destacados de su era, sino también como un narrador cuya sensibilidad ha sabido resonar con los ritmos del jazz, creando una atmósfera única que acompaña la solitaria introspección de sus personajes y la surrealista trama de sus historias.

La relación de Murakami con el jazz comienza mucho antes de su carrera como escritor, habiendo sido propietario de un club de jazz en Tokio llamado Peter Cat desde finales de los años setenta hasta el comienzo de los ochenta. Esta experiencia no solo le proporcionó un refugio creativo y un lugar de encuentro cultural, sino que también impregnó su mente con las estructuras y tonalidades del jazz que más tarde se filtrarían en su escritura.

En su obra, el jazz no es meramente un género musical, sino una metodología narrativa. Los elementos improvisacionales del jazz se reflejan en la manera en que Murakami aborda la escritura. Cada novela parece seguir un patrón de improvisación, similar a un solista de jazz, que aunque sigue una línea melódica conocida, siempre encuentra espacio para explorar nuevos horizontes emocionales y narrativos. Esta estructura libre pero coherente se hace eco en novelas como “Tokio Blues (Norwegian Wood)” y “Kafka en la orilla”, donde la música sirve tanto como catalizador de recuerdos y emociones, como una vía de escape o un medio de comunicación más allá de lo verbal.

La inclusión del jazz también establece un diálogo transcultural que es muy prominente en la obra de Murakami. A través de sus referencias a artistas de jazz como Duke Ellington, Miles Davis y John Coltrane, Murakami no solamente rinde homenaje a estos músicos, sino que también universaliza sus temas, utilizando la música como un puente entre la cultura japonesa y occidental. En “After Dark”, por ejemplo, la música de Coltrane llena de sentido la noche tokiota y actúa como un hilo conductor entre los personajes, situaciones y el flujo de la conciencia.

Además, el jazz en las novelas de Murakami muchas veces funciona como un reflejo del estado emocional y psicológico de sus personajes. La improvisación jazzística simboliza la búsqueda constante de identidad, un tema recurrente en muchas de sus obras. Los personajes de Murakami, a menudo jóvenes en momentos de transición, se ven atrapados en un mundo que no comprenden, una temática que parece resonar bien con las discordancias y la experimentalidad del jazz.

Haruki Murakami no solo usa el jazz como un leitmotif en su literatura, sino que lo integra como parte de la estructura misma de su escritura, reflejando su naturaleza impredecible y emocional. Al hacerlo, no solo construye un puente entre culturas sino que redefine las posibilidades narrativas, invitando a sus lectores a experimentar la vida con la misma apertura emocional y la disposición para la improvisación que caracteriza al jazz. En cada página que Murakami escribe, la música no solamente se escucha; se vive.

Por todo ello, es que en Radio Universidad, 100.5 FM, hemos decidido realizar un homenaje permanente a Murakami y su inspiración, comenzando desde un programa especial con dos grandes admiradores de su obra, como lo son, Esther Díaz y Edgar Alan Arroyo, previo a la sonorización de su libro Retratos de Jazz.

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