Se supone que en el “ideal” político, quienes asumen el poder llegan rodeados de un equipo cercano que le ayuda al gobernante a tomar las mejores decisiones, o quizá un partido, donde se puedan desdoblar todas las estrategias de posicionamiento, imagen y defensa del gobernante. El asunto es que en la realidad que vive la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, existen pocos perfiles que están comprometidos con la gestión que realiza al frente de nuestro país, pero hay algunos más, que lamentablemente son una gran mayoría, quienes no le ayudan a la titular del Ejecutivo en nada, por el contrario, a veces pareciera que tienen una ideología de oposición, pese a pertenecer al grupo que se conformó denominado Cuarta Transformación.
Ello deja en claro que las intenciones de muchos políticos allegados a Morena o que hoy están el Gobierno Federal, en los gobiernos y congresos de los estados, así como en el Poder Legislativo federal, lo único que buscaron fue su beneficio personal, pues no han sido un factor determinante en que esta ideología que llegó a gobernar el país hace siete años, se convierta en un “grito de batalla”, sino más bien han dejado a la Presidenta que se defienda como pueda, y ese error podría costarle caro a dicho partido político, pues los grupos que existen en el interior también han frenado muchas de las cosas que se mandatan desde Palacio Nacional, y como muestra los coordinadores de las bancadas morenistas en San Lázaro y el Senado de la República.
Noroña.
Nadie podemos negar las capacidades opositoras que le hemos conocido a lo largo de los años a Gerardo Fernández Noroña, y que ha sido un férreo defensor del movimiento que en su tiempo encabezó López Obrador; el problema es que es uno de los perfiles afines a la 4T a los que hago referencia, en cuanto a que no le suman a la Presidenta de nuestro país, pues más allá de que haya prácticamente insultado o debatido con un legislador estadounidense, que parece podría tener consecuencias en cuanto al cobro del impuesto en las remesas, el presidente del Senado mantiene una agenda mediática y política prácticamente alterna a la “inquilina de Palacio Nacional, y eso no me parece que sea correcto, porque como sugiere la frase, “al jefe no se le rebasa ni en la carretera”. Vemos a un Senador empeñado en abordar temas por adelantado, que muchas veces ni le competen, y seguramente sin consultarlo, y que al final queda en evidencia la falta de coordinación con Sheinbaum Pardo.
Morena.
Desde la dirigencia nacional morenista, aunque se quiera “disfrazar” que no es así, pero ni Luisa María Alcalde, ni mucho menos Andrés Manuel López Beltrán (Andy), han demostrado esa sinergia con Claudia Sheinbaum, sobre todo el vástago de López Obrador, quien ha tomado las “riendas” políticas de Morena a su antojo, a pesar no solo de la molestia en Palacio Nacional, sino de la militancia, y eso desde luego no le ayuda en nada a la Jefa del Ejecutivo, y como muestra algo muy representativo, la selección de las candidaturas que “palomeó” en los estados de Durango y Veracruz, a pesar de que muchos simpatizantes y militantes le insistían en plantearle, sus actitudes soberbias jamás permitieron escuchar. Creo que la “inquilina” de Palacio Nacional, deberá estar considerando movimientos dentro de ese partido, y ayudarse ella sola, pues de no hacerlo, todo se reflejará en las urnas en los siguientes procesos electorales.
Gabinete.
A excepción de muy pocos integrantes del gabinete federal, pero la gran mayoría, que son herencia de la pasada administración, tampoco tienen un sentido de pertenencia hacia lo que hoy encabeza la Presidenta, y no resuelven los problemas más sentidos como lo que respecta a los apoyos sociales, tan solo por poner un ejemplo, y lo vemos aquí con Jhonatan Jardines, pues la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, lo mantiene en su puesto a pesar de los señalamientos en su contra, y ahí ni modo que Claudia Sheinbaum tenga que abordar esas responsabilidades, desde luego que no.