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Anda y vete desgraciado, vete a robar a tu tierra

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Se dice que una victoria es pírrica, cuando es irrelevante en un contexto de confrontación, y termina por convertirse en derrota. Sin que esto sea una definición, a la derecha con el triunfo pírrico de la reforma eléctrica, se les convirtió en derrota social.
La reforma eléctrica, como todo lo que sucede en el país, está bajo dos visiones. La social y nacionalista, que sostiene el presidente de la república, y, la visión neoliberal y oligarca.
Estas dos visiones en nuestro país, se enfrentan desde mediados del siglo IXX, entre, liberales de La Reforma, y, los conservadores clericales, que si bien, estos últimos tuvieron triunfos pírricos, como el traer un gobernante austriaco de la casa de los Habsburgo. El sueño terminó con el fusilamiento de Maximiliano en el cerro de las campanas en Querétaro, el 19 de junio de 1867, después de efímero imperio.
La lucha entre conservadores y liberales, tuvo consecuencias históricas funestas, como fue la venta de más de cien mil kilómetros cuadrados a Estados Unidos el 30 de diciembre de 1853 por Antonio López de Santa Anna. Más de la mitad del territorio nacional, que comprende dos territorios inmensamente ricos: la zona petrolera de Texas, y California, que desatara la fiebre del oro del oeste estadounidense, pasó a propiedad de los norteamericanos. Esta acción de vender patrias, ha pasado a la historia como una traición nacional.
Previo al rechazo de la reforma eléctrica, el presidente López Obrador había declarado que estaba blindado en caso de que no se aprobara; se sometió a consideración del pleno de la Cámara de diputados, ganó la posición conservadora que estalló de júbilo, un día después, desde la mañanera, el presidente López Obrador cobró la afrenta.
El presidente había ganado días antes la seguridad y protección de la energía eléctrica, con el reconocimiento de la suprema corte de justicia de su constitucionalidad y metió, al saco de los traidores a la patria, a quienes, aun, pretenden entregar las riquezas naturales de la patria al extranjero.
La inmensa mayoría de los mexicanos (67%), considera que la derecha sí cometió un acto de traición a México. A partir de allí, se acrecentó la imagen de López Obrador, según los medios opositores, pasó de 66% de aceptación, al 71% en solo tres días, y consolidó el segundo lugar a nivel mundial.
en una coyuntura electoral en donde se renovarán seis gubernaturas, los impactos son evidentes: cuatro estados con un pronóstico de triunfo irreversible, Durango podría ser de Morena y solo el PAN ganaría Aguascalientes, de ser así, el PRI desaparecería del escenario nacional y su aliado, el PAN, con cinco estados: Chihuahua, el Estado de México, Querétaro, Coahuila y Aguascalientes.
La derecha es tremendamente agresiva con los opositores: reprime, mata, tortura, encarcela, persigue, acosa. La historia democrática a nivel continental, ha sufrido la furia derechista, hablar de ello merece comentario aparte. Hoy, la derecha victimizada, corre a la ONU a quejarse de que les dicen traidores, y el escritor de la reacción Martín Moreno, suplica paz, después de que se pronunció porque a los de Morena los quemaran vivos en el zócalo.
Los conservadores, congruente con su esencia de vende patrias, contratan cabilderos extranjeros para que los asesoren, como es el caso del italiano Paolo Salerno, a quien sentaron en una curul en la cámara de diputados. Desde aquí le decimos al italiano de marras. “Anda y vete desgraciado, vete a robar a tu tierra”. O no.

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