En los municipios de México, la gestión pública es liderada por el alcalde o Presidente Municipal, escogido mediante elección popular. Los candidatos utilizan, en la campaña política, diferentes estrategias para mostrar a los ciudadanos el por qué merecen ser elegidos. Para el logro del desarrollo social del municipio o de la ciudad, además de la adecuada gestión pública, también se requiere de una adecuada “gestión civil”, fundamentada en la disponibilidad de los ciudadanos para participar en procesos educativos y desarrollar buenas prácticas de convivencia ciudadana; así se logra crear cultura. De hecho, el bienestar colectivo es más perdurable que el bienestar individual. Es importante tener presente que el sentido de pertenencia ciudadano, es la base fundamental para que exista la gestión civil. Cuando la gestión pública define su destino hacia el logro de la calidad de vida de sus ciudadanos, en realidad lo que está construyendo es la vía que conduce al crecimiento y al desarrollo social del municipio o de la ciudad. Los anteriores conceptos los conoce muy bien Toño Ochoa, el nuevo presidente municipal de Durango, prueba de ello es que recién asumido el cargo, Toño le pidió a regidores y funcionarios del nuevo ayuntamiento, hacer de lado diferencias partidistas y privilegiar el interés de la ciudadanía para que, mediante el diálogo y disposición para lograr acuerdos, alcanzar condiciones para sacar adelante al municipio y en consecuencia construir un Durango diferente y mejor. La felicidad no significa tener dinero o un importante cargo, y en lo colectivo, esta aspiración se logra cuando se alcanza un entorno de satisfactores donde prevalezca la seguridad y exista un sólido tejido social. Los ciudadanos estamos seguros que Toño Ochoa se empeñara todos los días en trabajar incansablemente para que Durango sea una ciudad de bien, donde los ciudadanos exijan al gobierno buenos resultados, que sea honesto, austero, transparente, ordenado y dispuesto a trabajar por todos. En tan solo unos días los duranguenses estamos de buenas, pues vemos a un alcalde contento con lo que hace, lo disfruta, su nueva responsabilidad no es una carga sino una enorme satisfacción. Se comprometió con su padre y con su señora madre a desempeñar con decoro y decencia el cargo que le confirió la sociedad, lo que, en los hombres bien nacidos, significa que sabrá honrar su palabra y eso no será de los dientes para afuera. Con inteligencia, determinación, creatividad y tesón, pero sobre todo aliado con la ciudadanía y caminando de la mano con ella, todo es posible, al declarar un duranguense no deja solo a otro duranguense, Toño confirma ser un hombre que tiene un gran sentido de pertenencia hacia su gente, a su origen y a su municipio, lo cual se verá reflejado todos los días durante los próximos tres años, en un estilo de vida que tendrá el sello de una verdadera vocación de servicio.
Aristóteles decía que un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes, por lo que pensando en ello y conociendo los valores, formación y principios de Toño Ochoa, como se dice coloquialmente, los duranguenses vamos de gane. No queda ni la menor duda que junto con Esteban Villegas, alcalde y gobernador harán una dupla que pondrá a Durango a en el lugar que merece.
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