Ya se vieron los resultados del tan esperado Día de las elecciones, alguno que otro incluso se aguantó hasta el fin de los cómputos, y ya podemos ver con calma qué pasó en las urnas.
Estaba cantado, lo dijimos muchas veces, que Claudia Sheinbaum sería la ganadora por muchas razones, comenzando porque fue la candidata del presidente que está mejor calificado en la historia inmediata de México, desde un partido que a nivel nacional sí se mantuvo unido pese a todo, y porque la oposición se la puso fácil con la peor postulación presidencial posible, lo que también subrayé muchas veces.
La “guerrera sucia” no les funcionó en toda su extensión, desde acusaciones de corrupción sin sustento legal comprobable (o hubieran presentado denuncias), hasta rumores ridículos que, a pesar de que eran dignos de telenovela hindú, los fieles seguidores del PRI, PAN y PRD, los difundían con una certeza que parecía que ellos mismos sí se lo creyeron, desde la leyenda urbana de la extinsión de la propiedad privada con la expropiación de las casas, como en Cuba, hasta el mito circense de que Claudia era una espía ruso-yugoslava de nombre Irina Sheinbaum Pardo; de risa, en verdad, pero nada le sirvió a la oposición y se quedaron 30 puntos abajo.
A nivel local, vemos que sí funcionó la coalición, en cierta medida; si bien es cierto que Morena ganó las dos posiciones al Senado, a pesar del pésimo candidato petistas, y también ganaron 3 de cuatro diputaciones federales, se evitó una aplanadora cuatroteista rumbo al Congreso del Estado, ya que quedó muy pareja la distribución, con la ventaja de la 4T, pero con una batalla bastante digna de parte de los priístas y panistas, ayudada por la traición del PT.
En los distritos locales, el PT rompió la alianza con Morena y Partido Verde, jugando en las calles a querer confundir a los ciudadanos para quitar el voto a los candidatos morenistas más que a los prianistas, pero se fueron al fondo de los números; en ese sentido, ese 3, 4 o hasta 5 por ciento que se desperdició con los petistas sí benefició a uno que otro del PRI y PAN, pero eso no demerita el trabajo de sus candidatos para ganar, ya que ellos sí actuaron en alianza total.
Incluso, en cierta medida, el PRI salvó al PAN, como en el caso del Distrito 05 local, donde, de haber ido por sí solos, el panista Fernando Rocha hubiera caído a tercera posición (incluso por debajo de MC) con 11 ó 12 mil votos, contra 14 mil de Morena, pero con los más de 10 mil del tricolor, salvó ese sector que ha sido panista por excelencia por años; Gaby Vázquez Chacón tampoco hubiera prosperado sin el PRI, aunque a Susy Torrecillas, ni la alianza o que el PT volviera a traicionar a la 4T defendiendo el voto para la tricolor del Distrito 14, le ayudaron a ganar, aunque estuvo muy cerca y todo indica que sí volverá a ser legisladora por mejor segunda posición.
Claro que en esta ecuación entran los nombres Esteban Villegas y Toño Ochoa, que, con su trabajo y resultados, han hecho que buena parte de la ciudadanía confíe en sus proyectos y respaldara a los candidatos locales para jalar en la misma dirección, por lo que muchos que votaron por Claudia Sheinbaum, dieron su voto cruzado por el PRIAN en lo local.
