Continúa la virtual Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, con los nombramientos de quienes la habrán de acompañar a partir del 1 de octubre, donde la gran mayoría de los perfiles de este equipo han sido bien recibidos, como el caso de los próximos secretarios de Relaciones Exteriores y de Salud, por mencionar algunos. Donde sí creo que la doctora se ha equivocado es en el nombramiento de Mario Delgado Carrillo al frente de la Secretaría de Educación.
Si bien tiene un antecedente en un cargo similar del 2010 al 2012 como encargado del tema educativo en la Ciudad de México, creo que no es un referente puntual para poder aprobarlo en el tamaño de la responsabilidad que se le viene, y hay quienes incluso han señalado ese cargo de dos años como principal curriculum, es decir, como también fue Secretario de Finanzas de la capital, entonces también pudo haberse hecho cargo de la Secretaría de Hacienda en el país, y desde luego que no. En el caso de lo educativo es lo mismo, y ello hace pensar que su nombramiento fue más un premio que un reconocimiento a su trayectoria; pero sin sorpresas, así ha sido también en los últimos sexenios.
Continuidad.
Una de las principales solicitudes que recibió Claudia Sheinbaum durante su campaña, dicho por ella misma, es en relación a reactivar las escuelas de tiempo completo, así como las guarderías en apoyo a las madres trabajadoras; la llegada de Mario Delgado a esa posición, y espero equivocarme, es para darle continuidad a la postura que hasta hoy se ha manejado desde Palacio Nacional, con la eliminación de ambos programas. Si el futuro funcionario federal realmente quisiera dar resultados de inmediato, deberá plantear presupuestalmente cómo “echarlos” a andar.
Politizar.
Mario Delgado ha sido el dirigente de Morena en los últimos años, y este instituto político ha logrado no solo retener la Presidencia de la República, sino la mayoría de los estados, con quienes el futuro Secretario de Educación tiene estrecha relación. Pero ¿qué pasara con los pocos estados que no forman parte de este instituto político?, si Delgado Carrillo comienza a “aislar” a entidades como Durango, será un grave error y un claro síntoma que buscará “politizar” a la educación, y no debe ser así, deberá desprenderse de todo color e ideología política para que el desempeño de su trabajo se refleje en el país.
Durango.
El Gobierno del Estado tendrá la tarea de lidiar con Mario Delgado en torno a la absorción del gasto educativo por parte de la Federación, y que ello le permita a nuestra entidad tener mayores recursos aplicables a otros proyectos, pues parte del presupuesto asignado se utiliza precisamente en el pago de nómina a maestros. Aquí es vital la buena relación que ya está construyendo el gobernador, Esteban Villegas, con Claudia Sheinbaum, y ello será fundamental para que más allá de la carga ideológica que tenga el próximo encargado de la política educativa, Durango tenga respuestas.
Sindicatos.
En el ámbito sindical, Delgado Carrillo podrá transitar de buena forma, toda vez que existió desde campaña una “cargada” de los principales gremios magisteriales en favor de Claudia Sheinbaum, operado seguramente por Mario; solo habrá que estar al pendiente de lo que se pueda acordar con la CNTE, uno de los sindicatos que ha mostrado inconformidad ante el Presidente López Obrador a quien han exigido varias peticiones, motivo por el cual se mantuvieron en plantón por varios días en el Zócalo capitalino, previo a la elección.
Mario Delgado se comprometió, luego de su nombramiento, a impulsar la nueva escuela mexicana, seguramente tratando de consolidar lo que se inició en esta administración federal, quizá con los mismos conceptos y cargas ideológicas. De no mejorar los niveles dentro de la prueba PISA, por ejemplo, su llegada será la prueba de que sí es un pago de favores.