En la mañanera del jueves pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo referencia al fraude de Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), y se refirió a él como “la mancha que me llevo”. Pero aseguró que se trata de un caso aislado y no de un comportamiento sistemático de su gobierno, sin embargo la explicación que ofrece es pueril o por lo menos ingenua; dijo que es por descuido o mala suerte que se corrompen los funcionarios, y además exculpa al titular de SEGALMEX Ignacio Ovalle, afirmando que se confió y cometió el error de llamar a participar a gente con malos antecedentes, sostiene que él ex titular de SEGALMEX, fue engañado y comenzaron a realizar compras con empresarios corruptos pagando sobreprecios.
Este organismo descentralizado nace por un decreto que fusiona Liconsa y Diconsa cuyo objetivo es el de apoyar a los más pobres, y no tengo duda del compromiso que tiene este gobierno con los más necesitados. Por eso me resulta increíble, inverosímil, que el presidente haya dejado como titular de este ente, a alguien que crea que puede ser engañado como a un niño de pecho. Además que los 9500 millones de pesos (no 15,000 millones de pesos como se asegura) de daño al erario, no se desviaron en en una sola exhibición lo que sería imposible, sino que existieron diversos “modus operandi” que incluyen una nómina paralela de más de 400 personas que cobraban sin trabajar, pago sin soporte documental, contratos con empresas fantasmas, compras a sobre precio, faltantes de inventarios, creación de bonos sin respaldo, donde por cierto, Ovalle desconoce su firma y el oficio, en donde se autorizan estas inversiones, esto entre otras irregularidades más.
Lo antes expuesto, no pudo haber ocurrido sin la complicidad o por lo menos permisividad de el titular de SEGALMEX Ignacio Ovalle, no se puede ignorar que Ovalle es una persona con un camino muy largo en la función pública, su inicio data desde el gobierno de Díaz Ordaz,también fue funcionario con Echeverría y De la Madrid, tiene mucho camino recorrido, ya no se cuece al primer hervor, sin embargo el presidente lo exculpa. De ninguna manera pudiera pensar que AMLO es ingenuo, pero pudiera ser que el aprecio que siente por Ovalle, le ocasione un autoengaño, también puede ser que Ovalle sea muy hábil y no deje huella de sus tropelías, pero no podemos descartar que el presidente sepa algo que todos los demás ignoramos.
Sin embargo, el fraude de SEGALMEX no raspa al presidente, tal como sucedió en su momento con anteriores mandatarios como: Fox, Calderón o Peña con los fraudes; el Pemexgate, la Estafa Maestra, Odebrecht, la Casa Blanca, la Estela de Luz entre otros más.
Y la razón es muy sencilla, todos los escándalos anteriores fueron ocultados por los mandatarios, se develaron al término del sexenio, o por alguna investigación periodística. En el caso de SEGALMEX existió corrupción, mas no impunidad. Fueron los propios diputados de MORENA del Congreso de Zacatecas, donde SEGALMEX tiene sus oficinas centrales donde se denunciaron los primeros actos de corrupción.
Las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de la función pública (SFP) tienen procesos abiertos a más de 80 personas entre funcionarios y proveedoresinvolucrados, existen 26 personas detenidas incluido el ex director de Administración y Finanzas de SEGALMEX René Gaviria Sagreste, además están vigentes 49 órdenes de aprehensión más. Pero además, y muy importante el propio presidente informó que el gobierno recuperó el dinero desviado y que el secretario de la Función Pública, Roberto Salcedo, informará del caso.
En el Gobierno de la #CuartaTransformación no se ha terminado la corrupción, sin embargo, ya no es algo que se consienta o se promueva por el primer mandatario. No obstante, AMLOestaba equivocado cuando decía que si el presidente no robaba, nadie más lo haría, hoy eso sigue siendo una utopía.