Según el propio alcalde capitalino, José Antonio Ochoa Rodríguez, una vez que quedó definida la planilla para Durango, que él mismo encabeza, dentro de la candidatura común entre Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, será en el mes de abril cuando solicite licencia al cabildo para buscar la reelección, seguramente las fechas están medidas para para que su salida temporal tenga puntos a favor de su causa y la de estos partidos que los respaldan y me refiero específicamente a que una de las obras más importantes no solo de su administración, sino de muchos años en nuestra ciudad, la inauguración del Hospital Municipal del Niño, será su “carta de presentación” al momento de regresar a pedir el voto.
Y es que no es cosa menor una obra de esa magnitud, además de que hay una buena percepción en cuanto a la importancia que tiene para la capital del estado, el trabajo coordinado que existe con el gobierno estatal, de ahí parte de estos resultados como el nosocomio en mención, pues más allá de la inversión, creo que la atención a la salud de nuestros hijos siempre será una de las políticas públicas más importantes de cualquier ente gubernamental, a esto se le tendrían que sumar temas como el presupuesto participativo o los comedores comunitarios, por mencionar algunas acciones. Se hace la referencia justamente porque en la elección de junio, esto formará parte de la narrativa del próximo candidato del PAN y del PRI.
Interino.
Un elemento que será determinante en cuanto a las estrategias de esta alianza para obtener el triunfo, dependerá de quién será el presidente municipal interino, pues se supone que el suplente, Jaime Mijares Salum, estaría tomando las “riendas” de la capital, pero también se habla de que podría ser el ex secretario del Ayuntamiento, Bonifacio Herrera Rivera, incluso se ha mencionado a la síndica Alicia Gamboa. Todo dependerá de la licencia que Toño Ochoa solicite, y lo acuerdos políticos que se establezcan, pues si el suplente no pudiera, el Congreso del Estado tendría que definir quien asumiría el encargo. El tema es que quien llegue, deberá continuar con el ritmo de trabajo que se ha venido dando durante estos casi tres años, con el equipo que ya está integrado.
Campaña.
El próximo presidente o presidenta municipal, tendrá una gran responsabilidad en cuanto a las decisiones o declaraciones que haga, pues estará en un “aparador” político y todas sus declaraciones o acciones a favor o en contra, repercutirán de igual forma en el próximo candidato, de ahí que la decisión deberá estar bien evaluada, pues deberá ser alguien prudente y ecuánime, sobre todo que le sume al objetivo de esta alianza, pues la “guerra sucia” será el “pan de cada día” en la campaña que iniciará el próximo 9 de abril aquí en la capital. El temple será fundamental cuando de una u otra forma deberá defender las acciones que se han hecho en la presente administración de la capital, sobre todo en el manejo de los recursos, infraestructura y patrimonio.
Números.
Seguramente parte del debate que se dará entre los dos principales candidatos con posibilidades de triunfo, el actual presidente, Toño Ochoa, y el próximo abanderado de Morena y aliados, será en cuanto a los números de cada administración, pues ambos han pasado por la alcaldía capitalina, y se pondrán en la “mesa” del ciudadano estos resultados, y cada uno de quienes habremos de emitir nuestro sufragio el primer domingo de junio, podremos comparar esos números, y seguramente este podría ser un elemento que determine el sentido del voto de los duranguenses.
Planilla.
Hago mucho hincapié en este espacio la importancia que tendrán las planillas de los candidatos a presidente municipal, pues en el caso del PRI y del PAN, ya está definida, en la otra alianza no hay nada claro aún; veremos quién deja la “suela” de los zapatos y quien solo use esta aspiración como una “pasarela”, lo sabremos el 1 de junio por la noche.