No se trata de hacer leña del árbol caído, como es la costumbre, cuando un partido o un candidato es derrotado en una elección municipal, como es el caso de la capital de Durango. A los ganadores no se les cuestiona nada, todo le festejan y nadie se pregunta como llegaron los votos a las urnas y todo es color de rosas, aunque, haya habido fraude, delitos electorales y otras violaciones a la ley electoral por una sencilla razón: la diferencia de votos.
En cambio, la otra cara de la moneda, la derrota, como dijo el poeta: es causa de mil rumores. Antes de tratar de analizar el fracaso de MORENA en la pasada elección municipal, trataremos de comentar algunos acontecimientos. En primer lugar, los morenistas no deben de olvidar que MORENA es el enemigo de MORENA. En su momento, nadie puso en duda las encuestas donde José Ramón Enríquez fue el ganador. Los problemas del oftalmólogo empezaron cuando se hizo el anuncio oficial que sería el candidato de MORENA a la presidencia municipal.
El hecho de que fuera considerado como “el candidato de unidad de la 4T” resultó más falso que una moneda de tres pesos. De inmediato le salieron las críticas de sus adversarios políticos, pero también, el “fuego amigo” de su partido que fue la gota que derramó el vaso. Si bien es cierto, José Ramón Enríquez se sentía ganador antes de la elección, en el pecado llevó la penitencia. También hubo exceso de confianza, pensando que la marca de MORENA, los programas federales, las inversiones de la planta potabilizadora o de la Presa Tunal II, serían suficientes para ganar, pero la realidad no fue así.
Por otra parte, al interior de MORENA decían que José Ramón no era el candidato indicado. ¿Entonces, quién hubiera sido la candidata o candidato idóneo para la presidencia municipal? Otniel García Navarro, Margarita Valdez, Iván Gurrola, Gustavo Lugo, Gonzalo Yáñez, Iván Ramírez o quién? Si José Ramón Enríquez no fue el mejor candidato, en contra parte, MORENA no resulto el mejor partido, y por supuesto que también, es responsable de la derrota porque al final es el más perjudicado: de ser la primera fuerza, hoy es la cuarta y eso tendrá consecuencias económicas para MORENA.
Como vimos, la candidatura de José Ramón no fue aceptada por los grupos de interés, fuera y dentro del partido y mucho menos, para aquellas y aquellos que se quedaron chiflando en la loma: Margarita Valdez, Iván Gurrola y Gonzalo Yáñez. A la médica Margarita Valdez, nunca la vimos en campaña, pero ahora, después de la derrota de José Ramón, hace “sesudos” análisis y opina en contra del doctor Enríquez. Y qué decir de Gonzalo Yáñez, quien ya anunció : “el pueblo me pidió que fuera candidato a gobernador”. MORENA no hizo de José Ramón su candadito, el doctor puso su granito de arena: la confianza en el triunfo, lo llevo a la derrota.
