Las encuestas son un instrumento muy importante para la toma de decisiones en el Ambiente Político, no solo en medio de los procesos electorales, sino también en el ejercicio de las administraciones públicas. Sin embargo, algunas empresas se dedican a “vender espejitos”; negocian con resultados acomodados, de acuerdo con las necesidades de sus clientes, creando percepciones que muchas veces, están muy alejadas de la realidad, cayendo en el extremo de la ridiculez. Tal es el caso de la más reciente entrega de Demoscopia Digital, en su ranking de aprobación de Gobernadores, donde sitúa al mandatario de Durango, Esteban Villegas Villarreal en el último lugar, mientras que ubica a Alejandro Armenta de Puebla, Julio Menchaca de Hidalgo y Alfonso Durazo de Sonora, en los primeros lugares, curiosamente, estos tres gobernantes de origen morenista.
Lo que también resulta curioso, es que esas entidades, -al menos Puebla y Sonora-, están en los primeros lugares, ¡pero de inseguridad!, por lo que suena ridículo que la ciudadanía esté “muy contenta” con el desempeño de sus autoridades estatales. En contraste, uno de los elementos más destacables y hasta envidiables de Durango, son sus niveles de seguridad, lo cual ha sido reconocido por el Gobierno Federal en su reporte semanal, donde se ubica a nuestro estado entre los que registran menos homicidios dolosos, a pesar de las condiciones en las que se encuentran las entidades vecinas, principalmente Sinaloa y Zacatecas, donde parece interminable la violencia que azota a sus familias. Además, en Sonora el tema de “huachicoleo” de combustibles, ha sido un verdadero lastre que no tienen muy contentos que digamos a sus ciudadanos.
Demoscopia digital, hasta eso, ha sido consistente, le ha fallado a casi todas sus proyecciones. En marzo de este año, previo al arranque de las campañas electorales en Durango capital, ubicaba a la cabeza al candidato de la alianza Sigamos Haciendo Historia, con una ventaja de 16 puntos sobre el abanderado de Unidad y Grandeza, y más de 30 puntos de distancia del de Movimiento Ciudadano, es decir, lo que vaticinaban, no era propiamente la victoria de José Ramón Enríquez, o la derrota de Toño Ochoa, sino, que su pronóstico iba encaminado a la presentación de una más de sus pifias demoscópicas. El problema es que con estos ejercicios ridículos, se afecta la credibilidad de las encuestas en general; como luego dicen, por una, la llevan todas.
El refrendo de la confianza en las urnas a los gobiernos de coalición en Durango, no es obra de la casualidad. Indiscutiblemente, la gente calificó en las boletas el desempeño de los competidores; porque, la mejor campaña, es aquella que se construye con los resultados en el ejercicio de la responsabilidad conferida por el pueblo. Seguramente, habrá quienes no estén de acuerdo con la forma de gobernar de Esteban Villegas, eso es totalmente válido y normal, pero, “pagar” una encuesta para mandarlo al último lugar, solo para enviar “percepciones” adversas a su desempeño, deja ver más sentimientos de ardor, que elementos de razón. Por supuesto, estos ejercicios bajo encargo, también son motivo de análisis en el Ambiente Político, ya que, no faltará quien haga proyecciones fantasiosas, basados en estos…ridículos demoscópicos.