Parece que los tiempos respecto a la sucesión se han adelantado por lo menos un año, y esta vez no se debe a la “calentura” política de quienes aspiran, en este caso a la presidencia de México, ni de sus respectivos grupos, sino que ha sido el propio Jefe del Ejecutivo el que se ha encargado de mover el “avispero” sucesorio en los últimos días, primero cuando en la relación que ha mencionado de quién pudiera llegar en su lugar siempre ha sobresalido el nombre de Claudia Sheinbaum, pues el simple hecho de permitirle esa movilidad que ha adquirido a lo largo del territorio nacional, ha sido una clara muestra de la intención que tiene de apoyarla; el asunto es que parece que tiene otros “alfiles” que estaría moviendo, como el caso del secretario de gobernación, Augusto López y quizá más adelante haga lo propio con Marcelo Ebrard.
Es hasta cierto punto “normal” que un mandatario al buscar dejar sucesor vaya midiendo lo que cada perfil trae, de ahí que quizá generó ciertos comentarios en favor del encargado de la política interna en nuestro país, Augusto López, frente a legisladores federales de Morena y aliados, con quienes sostuvo un encuentro. Claro que el simple hecho de ocupar esta espacio en la administración federal lo debería poner en la fase de finalistas, en lo personal no creo que el tiempo que le llevan tanto la jefa de gobierno de la CDMX como el canciller, pueda lograr alcanzarlos, sobre todo pensando en que ambos ya tienen equipos operativos en los estados, algo que por lo menos en el caso de nuestra entidad, en lo personal, no he detectado a algún grupo identificado con el secretario de gobernación.
Por otra parte, este tipo de estrategias del presidente lo único que podrían generar es el encono entre quienes ya tienen a su “gallo” para apoyar en el 2024, pues eso no le abona a la construcción de la unidad, y menos al de una candidatura única impulsada por todos los grupos. Un ejemplo del problema que pudieran enfrentar está relacionado precisamente con el método de selección de los candidatos en Morena, pues tras la “palmadita” que le dio López Obrador al secretario de gobernación, Sheinbaum, algo seria, como que intentó minimizar lo que se generó en el “círculo rojo”, hablando de que serán los ciudadanos quienes determinen quién será el candidato a través de las encuestas, el problema es que estos ejercicios han estado muy cuestionados, simplemente dos ejemplos, Oaxaca y Durango, donde se tuvo que judicializar la decisión del nacional. Es decir, nada garantiza que los sondeos generen unanimidad en el respaldo de su próximo candidato.
Si alguien sabe lo que dice y declara, es el propio presidente López Obrador, pues es reconocible que tema que aborda en “las mañaneras” sabe que eso estará en la agenda política y mediática hasta dos o tres días después de comentarlo, ello le ayudó a observar las reacciones dentro y fuera de Morena. Por lo que no debemos descartar que al próximo que pueda mencionar sea a Marcelo Ebrard Casaubón, canciller mexicano, y será interesante ver las reacciones de Augusto y Claudia, porque me parece que en ellos tres recaerá la designación, y creo que el secretario de relaciones exteriores, además de efectivo a la hora de trabajar, es un elemento leal al proyecto de la 4T, y evita los “roses” dentro y fuera del gobierno y del propio partido. En nuestra entidad, es casi seguro de que al día siguiente de la elección el primer domingo de junio, los leales a Ebrard comenzarán con el trabajo en territorio.
