Los diputados que conforman la actual legislatura local, declararon que no van a permitir que ningún municipio contabilice una obra que no exista. También van a cuidar que los presidentes municipales que se van el 31 de agosto, no le queden a deber nada a la sociedad. Incluso estarán al tanto de la situación financiera de los municipios para entregar administraciones sanas, ya que el Congreso del Estado no permitirá que ningún municipio deje de cumplir con sus obligaciones. Si estimado lector, está usted leyendo bien, no necesita cambiar de anteojos y aunque no lo crea, este anuncio lo hicieron los diputados de Durango, los mismos que ganan casi cien mil pesos mensuales y solo proponen mafufadas como el derecho a la paz y se van de paseo a Nuevo Ideal festejando el centenario de la llegada de los menonitas a Durango en fecha equivocada. De cuando acá los diputados se ponen rigurosos con los municipios si años van y años vienen y aprueban todas las cuentas públicas sin una sola observación. Todos sabemos que el actuar de los servidores públicos en los municipios con respecto del manejo transparente del presupuesto público no es satisfactorio, ni mucho menos el más correcto. Por el contrario, es poco serio, irresponsable y ajeno a los procesos de transparencia, rendición de cuentas y verticalidad. Hasta aquí valdría la pena la siguiente pregunta; ¿Acaso piensan los diputados duranguenses que les vamos a creer? Y es que existen sobradas razones para una vez más pensar que nos están viendo la cara, sino recordemos casos de administraciones municipales entrantes que han interpuesto denuncias penales por el mal manejo financiero realizado por gestiones pasadas, mientras que el Congreso aprueba las cuentas públicas de esos municipios. Han existido denuncias en el sentido de alcaldes que se excedieron el marco de sus atribuciones, de que varios municipios están en quiebra técnica, de que han caído en insolvencia financiera por el alto costo que representa su deuda pública; de que los municipios no atienden recomendaciones de la Entidad de Auditoria Superior de gobierno del Estado; de que las irregularidades detectadas ponen en peligro la estabilidad financiera de los municipios; de que estas observaciones son el producto del combate a la corrupción de que etc, etc y más etc. Sin embargo, al final de las sesiones en el Congreso del Estado se aprueban las cuentas presentadas. Y es cuando surge la siguiente pregunta, ¿De qué sirve tanto trabajo de la EASE en generar observaciones y recomendaciones si al final son aprobadas?, entonces porque esta vez habríamos de creerles. Todos estos comentarios los hacemos con un sentido positivo, no con un afán de reproche o de señalamiento de malas acciones. Seguramente los diputados ignoran que la revisión de la Cuenta Pública, constituye un acto político por ser el Congreso quien lo realiza. Aprobar los ingresos y los gastos de un gobierno estatal también es obligación de un Congreso, con frecuencia los diputados revisan la cuenta pública del año anterior para evaluar la forma como el gobierno lleva los asuntos públicos y modifican, reducen o incrementan ciertos rubros y áreas del presupuesto y de los ingresos. De manera que si se van a poner implacables y duros con los municipios la pregunta es ¿quién vigila y revisa al estado?
Gil tiene razón, Congreso debe exigir cuentas a ejecutivo, y su propia institución. Pero no sólo cuentas, si no revisar plan de desarrollo y ver el cumplimiento. A los diputados falta oficio. A la mera hora no hay diferencia ideologiaca política manda la UNIDAD DE DIETAS.