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La duda y la esperanza 

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Cada seis o tres años, según sea el caso, gobernador o presidente municipal, son parte del ritual político de la sociedad en el asunto del beneficio de la duda. Y también la esperanza de que por fin llegué a Durango el gobernador y el presidente municipal por tanto tiempo esperados. En muchas ocasiones, en política todo se junta. Hace seis años se votó por la llamada alternancia y al final del sexenio nos damos cuenta que nunca llegó. ¿De quién es la culpa, de la sociedad que se equivocó a la hora de elegir o de quienes prometieron hacerla realidad? Sin duda que usted será el mejor juez en este asunto, pero como dijo Juan Gabriel, lo que se ve no se pregunta.

¿Por qué falló la alternancia? Sin duda alguna, habrá muchas respuestas, y por supuesto, cada quién tiene derecho para dar su punto de vista. Si se entiende por alternancia que un partido gobierne un tiempo y después otro, se cumple lo que esto significa. El ejemplo clásico sería Estados Unidos donde hay un sistema bipartidista y se alternan en el poder el partido republicano y el demócrata. Si bien en México en el año 2000 se dio por primera vez la alternancia con Vicente Fox, regresó con Peña Nieto y ahora con López Obrador. En México tenemos una partidocracia que nos cuesta miles de millones de pesos al año, pero son realmente el PRI, el PAN y ahora MORENA los partidos que podrían representar la alternancia. Nos deben los partidos una verdadera transición a la democracia, y no como ahora sucede, quítate tú para ponerme yo. 

En este contexto, Durango es un caso muy especial y en otros estados de la República, no cantan mal las rancheras. En sus orígenes, el PRI era conocido como la familia revolucionaria. Hoy en día ya no es revolucionaria, pero sigue siendo una familia que es la herencia del PRI. En Durango han pasado 100 años y nunca ha habido alternancia. ¿La razón?, los priistas se las han ingeniado para que el PAN no llegue al Bicentenario, y como dijo Don Teofilito… ni llegarán. En los hechos, los priistas locales “haiga sido como haiga sido” le prestaron a José Rosas Aispuro para que gobernará 6 años. Nadie en su sano juicio podría asegurar que el nativo de Tamazula, de la noche a la mañana cambiara a Plutarco Elías Calles por Manuel Gómez Morín.

Y, por si fuera poco, los políticos de Durango son los mismos en diferentes partidos. La victoria de Esteban Villegas Villareal por más de 100 mil votos, en el fondo confirma lo lejos que estamos de la alternancia. Y más aún, no se ve por dónde el PAN tenga una figura que en el corto plazo pueda significar la alternancia. En este tema de las palomitas blancas vestidas de azul, vemos a Jorge Salum del Palacio, y dependiendo del papel que haga como presidente municipal Toño Ochoa, habría una posibilidad. A Gina Campuzano y a Javier Castrellón, si es pasión, que se les borre. Héctor Flores, si sigue trabajando su proyecto político en 2024 podría dar su primer paso al Bicentenario por parte del PAN.

Si la sociedad se equivocó al votar por la alternancia, ¿quiénes fueron los responsables de que hubiera nos fallaron? Y, ya encarrerado el gato, como si fuera una ironía, MORENA está más lejos que el PAN para gobernar Durango. Mario Delgado o López Obrador se equivocaron con Marina Vitela. Muchos siguen pensando que José Ramón Enríquez era el indicado. Pero como el hubiera no existe y en política no hay milagros, la alternancia en Durango podría llegar con el cometa Halley.

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