Vamos a retomar algunas definiciones que en entregas anteriores hemos hecho, con el fin de darle contexto a nuestras reflexiones, en torno a lo que ocurre con Morena en Durango.
Morena es un partido de izquierda antineoliberal, no es de izquierda teórica. Es un partido que propone un proyecto en el que se abra el abanico democrático, donde el modelo económico de estado, sea compartido con la iniciativa privada, en una alianza nacionalista.
Propone un cambio de paradigmas que moralicen el ejercicio de la acción pública, en la educación, salud, contenidos sociales, impartición de la justicia, distribución de la riqueza, terminar con privilegios. En suma, acabar con el régimen neoliberal, para pasar a uno social, pero no socialista.
Diríamos que Morena es un partido de transición, para pasar a otro modelo en donde este mas apegado a la propuesta teórica. La izquierda sustentada en la teoría revolucionaria, hace década se encuentra en receso, se dejó de leer los textos clásicos, se dejo de producir teoría, se terminaron los círculos de estudio, quedó relegada la preocupación de combinar la teoría con la practica a través de la participación en los movimientos sociales, se olvidó el debate.
Emerge Morena como la más importante opción política de las últimas ocho décadas, con un éxito indiscutible; sabe canalizar, a través de un líder surgido de las luchas sociales como es López Obrador, el descontento social acumulado, en solo cuatro años de formarse, conquista el poder político.
La meteórica trayectoria de Morena, tiene un desequilibrio grave entre su propuesta, y quienes la impulsen. Esto abre la puerta a oportunistas y corruptos, convertidos en camarillas, que se disputan los órganos de dirección, al margen de la masa social que da vida al movimiento.
Muchas veces lo hemos dicho, los dirigentes de morena en Durango, no vienen de proyectos democráticos, desconocen lo que es la lucha social y por lo tanto, nunca han estado comprometidos con las reivindicaciones populares.
Al no entender el fondo de Morena, sin que hayan leído tres líneas de los libros de López obrador y cuando toman uno, ponen cara de whatt, les da sueño y mejor lo cierran. De allí su incapacidad de defender el proyecto de la 4T, ni defender al presidente de los bombardeos de la derecha, incapaces para debatir con la derecha, terminan haciendo lo que aprendieron en los partidos de donde provienen (PRI y PAN), construir, con el poder político, y su acercamiento con el gobierno, una opción de confort, para ellos.
De allí su incapacidad analítica, interpretativa, critica, lo cual los lleva a convertirse en tapetes del poder, incapaces de representar ni defender los intereses de los más pobres.
Este sábado se dio a conocer la designación de dirigentes de morena, veamos: La presidenta del Consejo Estatal es la ex candidata a gobernadora Marina Vitela, su origen político viene de la militancia sindical, es la única surgida del compromiso social y párele de contar.
Se designó al Comité Ejecutivo estatal recayendo la presidencia en Lourdes García Garay, la secretaría general en Otniel García Navarro, Estrella Salcido en finanzas, Andrés Barba, secretario de Organización. Susana Murillo, prensa. Francisco Bolívar, formación política. Jessica Pérez, secretaria de la mujer. Ninguno ha participado en la lucha social, a ninguno se le ha visto defender el proyecto de López Obrador, mucho menos debatir con la derecha. Es tan delicada la situación de Morena, que no dudaríamos en afirmar que los dirigentes son sus enterradores. O no.
