
El 8 de marzo, una conmemoración más del día internacional de la mujer. Aquí en Durango, se vivió otra vez, la historia de los famosos tendederos, donde se pudo ver la denuncia mediática y social en contra de personajes conocidos. En este contexto, nos enteramos en las redes sociales y en algunos comunicados, que las autoridades “dieron permiso” a las mujeres de ausentarse de sus trabajos sin sanción de por medio. Como dijo Bora Milutinovic: “mi respeta, pero no estar de acuerdo”.
Ahora resulta, que a las mujeres se les tiene que dar permiso para protestar y defender sus derechos. Como alguien dijo; ¡no se ha entendido! La lucha de las mujeres, que es todos los días y no solo el 8 de marzo o “el nueve nadie se mueve”, ni por asomo deben pensar; que buena onda es la autoridad que nos da permiso. La protesta de las mujeres no solo debe quedarse en los discursos, conmemoraciones, lo mediático ni en lo social. Si en realidad se quisiera hacer justicia, cuando las mujeres denuncian que son victimas de acoso, abuso, hostigamiento o violación, que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto.
Julieta Hernández Camargo es de las pocas abogadas en Durango, que desde hace muchos años ha defendido a las mujeres que son victima de cualquier tipo de violencia. Por ella sabemos, que las políticas públicas en defensa de la mujer, es cosa fallida. Para muestra basta un botón, los demás a la camisa: alerta ámbar en varios municipios del Estado. Las mujeres en Durango que son víctimas de violencia psicológica, física, económica, sexual entre otras formas, cuando denuncian en las instancias competentes comienza su verdadero viacrucis. Viven los interminables laberintos de la burocracia judicial, sin encontrar justicia en la mayoría de los casos.
Esa es la razón, por la cual, las mujeres víctimas de la violencia, renuncian a que se les haga justicia. También es el motivo por el cual, las mujeres de Durango salen a las calles a protestar y luchar por sus derechos y exigir justicia. Pero salir a las calles, es sola una parte de su lucha. No se sorprenda usted, si un día las mujeres que hoy toman las calles, vayan más lejos y las obliguen a tomar medidas radicales. En las autoridades competentes está hacer justicia y que salgan a las calles no a conmemorar, sino a celebrar que se les ha hecho justicia.
Que las instancias que tienen que ver con el maltrato a las mujeres, funcionen para lo que fueron hechas. Defenderlas de sus presuntos agresores y se les apliquen las sanciones que la ley contempla. Las mujeres no necesitan permiso para protestar, lo que ellas buscan es que se les haga justicia.