El momento que atraviesan los partidos de oposición en México es muy complicado luego de la derrota el pasado 2 de junio, y es que como se dice que las “derrotas son huérfanas”, hoy nadie se quiere hacer responsable de lo que pasó, y en ocasiones hasta se trata de justificar lo que hicieron el PAN y el PRI a nivel nacional ante la inminente debacle de ambos; incluso hay quienes están armando sus “panchos” con acusaciones, algunas de ellas, sin fundamento, como el caso del dirigente nacional blanquiazul, Marko Cortés, Javier Lozano y hasta el ex presidente de México, Felipe Calderón.
Todo inicia en un programa de debate en un medio digital, donde en una mesa el todavía presidente del PAN entra en una acalorada discusión con Javier Lozano, personaje muy ligado a ese partido y quien, según el líder blanquiazul, buscó una posición en el Congreso de la Unión vía plurinominal que no le fue otorgada, uno de los señalamientos que prendieron “fuego” a la discusión. El tema es que no se trata de los personas en mención, se trata de la crisis que este instituto político está atravesando y que se proyecta a la menor provocación por cualquier militante o simpatizante en contra de quien dirige los destinos panistas, tal cual lo vimos.
Marko.
No entiendo por qué en gran parte de los políticos no cabe la honestidad en cuanto a los resultados, cuando los números son fríos, nos gusten o no, y es el caso específico de Marko Cortés, quien ha buscado en cualquier cantidad de foros y entrevistas “minimizar” que junto con el PRI se mantienen muy por debajo de las preferencias de la gente. No debe ser tan difícil reconocer que algo se está haciendo mal, o lo que se deberá planear para que ambos partidos vuelvan a recibir la confianza de la ciudadanía.
Si bien todos sabemos que el potencial de Morena radica en los programas sociales, porque no han sabido responder como gobierno, y un ejemplo claro es Zacatecas, entonces las dirigencias nacionales panistas y priistas deben ser el cimiento de una verdadera reconstrucción de sus partidos, y no buscar perpetuarse en el poder, pues si bien Marko Cortés está por terminar, busca dejar sucesor. El daño está hecho, y ahora es entender cuál es el mensaje de los ciudadanos, lo que es claro es que no se ve bien que anden armando sus “panchos” en lo público como ocurrió.
Calderón.
Tampoco es posible el pleito que protagonizó el ex presidente Felipe Calderón con Marko Cortés, es decir, cuando él estuvo al frente del país, y por ende del PAN, dejó que su antiguo rival y hoy socio, el PRI, le ganara en las elecciones del 2012, por malas decisiones o por la falta de resultados como presidente de México; ahora está en un papel donde reclama los resultados que se obtuvieron, efectivamente, no son nada halagadores, pero en su momento tampoco lo fueron.
La candidata de Calderón en ese momento, Josefina Vázquez Mota, obtuvo el tercer lugar, de pasar del primero en el 2006 a la tercera posición en la siguiente elección. El efecto Peña Nieto claro que influyó, pero también los malos resultados sobre todo en su estrategia de seguridad. El ex presidente debe ser uno de los principales personajes del panismo que debe buscar la cohesión y participar en el análisis para una posible reconstrucción blanquiazul, no para andar haciendo sus “panchos” en las redes sociales.
Morena.
Cuando este tipo de “panchos” se ventilan en lo público, por encima de un análisis a puerta cerrada, pues quien se “frota las manos” es Morena, ya que uno de los objetivos de López Obrador y de sus seguidores era justamente ese, ver que entre los integrantes del PAN se estuvieran “aniquilando” políticamente. El partido del Ejecutivo Federal tiene la gran oportunidad que en su momento tuvo el PRI y el PAN en el poder, de su actuar seguirá dependiendo su perpetuidad, porque deben saber que nada es para siempre.