Tal cual fuera el libreto de la exitosa película de 1999 denominada “La Ley de Herodes”, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, busca, como el caso de Juan Vargas, personaje que interpreta Damián Alcázar en dicho filme, reelegirse hasta por tres periodos al frente de este instituto político en el país, como si las circunstancias estuvieran propicias para que la militancia lo respalde, más allá de sus más cercanos que son quienes seguramente aplauden tal decisión.
Y es que a mediados de esta semana se dio a conocer parte de los resultados de las mesas temáticas nacionales, rumbo a la 24º Asamblea Nacional del tricolor, donde en la parte de los estatutos se busca modificar el artículo 178, que actualmente establece que el periodo de la dirigencia nacional será de cuatro años, mismos que se le vencen en noviembre a “Alito”, pero la modificación a dicho artículo establece, y quizá se apruebe, que podrá reelegirse en tres ocasiones consecutivas, algo que sólo el campechano cree merecer, pues los resultados y la caída sostenida del PRI ha sido el sello de su gestión.
Este filme generó una impresionante animadversión contra el Revolucionario Institucional, incluso hay quienes pensamos que fue determinante para que este partido perdiera la Presidencia de la República en el 2000 contra Vicente Fox, pues ahí se evidenciaba, a manera de burla pero que termina siendo real hoy en día, los mecanismos de quienes usan el poder para obtener un beneficio, y eso hace pensar su dirigente actual, Alejandro Moreno.
Honestidad.
Un político debe tener la capacidad de ser honesto, no solo con las demás personas, sino consigo mismo, y saber cuándo es el momento indicado para tomar tus cosas y marcharte de un lugar donde no has cumplido con tu tarea, a menos que el objetivo de Moreno Cárdenas sí sea terminar con el tricolor, y de ser así, lo está logrando a una velocidad impresionante. Si el ex gobernador de Campeche no deja la dirigencia nacional, ya con los números en la mano de la pasada elección, sinceramente no sé qué está esperando para tomar la decisión, y no es “abandonar el barco” como él lo ha dicho, solo es honestidad.
Desplegado.
Esta intención de “Alito” generó la inconformidad de por lo menos 260 ex dirigentes estatales, nacionales y presidenciables, quienes pidieron a través de éste, que Moreno Cárdenas deje la dirigencia, que se nombre a una interina conformada por los cuadros de trayectoria y evidentemente rechazan que se considere la posibilidad de reelegirse tres veces. De los más de seis millones de votos que el tricolor obtuvo el 2 de junio, sin temor a equivocarme más de la mitad seguro están en contra de esta determinación que se torna hasta autoritaria, si es que se concreta, pues veremos también el papel de quienes acudan a la Asamblea y levanten la voz, de no hacerlo podrían ser cómplices de esa debacle.
Alanís.
Hasta este momento el dirigente estatal, Ernesto Alanís, no ha declarado al respecto, y es probable que lo haga en las próximas horas, lo que sí creo es que más allá del compromiso que pudiera tener con Alejandro Moreno, considero que más bien lo tiene con el jefe político tricolor, es decir, Ernesto es un tipo institucional que independientemente de la determinación que se tome en la Asamblea Nacional, él deberá estar trabajando en rendirle cuentas al priismo duranguense, pues con la renovación de las presidencias el próximo año será uno de los retos más importantes, y no importa quién atienda en la CDMX, él aquí deberá hacer la parte que le toca.
Las circunstancias y postura de Ernesto Alanís frente a esta controvertida posibilidad de la reelección de “Alito”, es distinta, por el solo hecho de que en Durango gobierna el Revolucionario Institucional, vía la coalición con Acción Nacional, a diferencia del resto de las entidades, salvo Coahuila.