Si partimos del hecho de que la educación es parte fundamental del crecimiento económico y social de un país, que está relacionada directamente con el crecimiento económico, social y político, entonces concluimos que medir el nivel educativo de una nación es importante para conocer el estatus de la misma. Es así que esta medición permite identificar las fortalezas y debilidades del sistema educativo, lo que coadyuva en el diseño de un diagnóstico y, con ello, la probable ruta para el diseño e implementación de políticas públicas en este rubro.
Estudios, análisis, tesis, expertos en la materia, entre otros, han explicado y demostrado el porqué un mayor nivel educativo está estrechamente relacionado con una fuerza laboral más y mejor capacitada, productiva y, claro, que impulse al desarrollo económico. En este sentido, la reducción de la pobreza y la desigualdad son otros escenarios impactados positivamente por un alto nivel educativo, ya que, ligado con lo anterior, a mayor nivel educativo, aumentan las posibilidades de oferta laboral de calidad y, por ende, los ingresos de las personas.
Otro escenario impactado positivamente es el de la salud, derivado de que las personas que cuentan con mayor nivel de educación, tienen más información sobre la salud, las conductas alimentarias y el cuidado del cuerpo. Todo esto, interviene claramente en índices de población con bienestar y con mayor esperanza de vida.
La participación ciudadana y la democracia es un escenario en que también impacta positivamente el alto nivel educativo, puesto que, en resumen, una población con mayor nivel de conocimientos y preparación, participa más en procesos democráticos, además de que tiende a informarse y formar un criterio en su toma de decisiones.
Ahora bien, después de desmenuzar cada uno de los escenarios, toca hablar sobre cómo se mide el nivel de educación de un país. Para esto, se toman en consideración diversos componentes, a saber:
1. Tasa de alfabetización: Mide el porcentaje de personas adultas (generalmente mayores de 15 años) que saben leer y escribir.
2. Tasa de escolarización: Mide el porcentaje de personas en edad escolar que están matriculadas en el sistema educativo. Ejemplo: Una tasa de escolarización del 98% en primaria indica casi cobertura universal.
3. Promedio de años de escolaridad: Mide el número promedio de años que una persona de determinada edad ha pasado en el sistema educativo.
4. Esperanza de vida escolar: Mide el número de años que un niño de cierta edad puede esperar permanecer en la escuela, suponiendo tasas actuales de matrícula.
5. Resultados en pruebas estandarizadas internacionales como, por ejemplo, la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes): evalúa lectura, matemáticas y ciencias en jóvenes de 15 años.
6. Gasto público en educación: Mide el porcentaje del PIB que el gobierno invierte en educación.
7. Tasa de finalización: Mide el porcentaje de estudiantes que completan un determinado nivel educativo (primaria, secundaria, etc.).
8. Índice de Desarrollo de la Educación (IDE) e Índice de Desarrollo Humano (IDH) que incluye el promedio de años de escolaridad y esperanza de escolarización como dos de sus tres componentes.
Derivado de la extensión de este tópico, en una siguiente entrega se abordarán temas como la certificación docente, el gasto público asignado a educación, tasas de egreso de la educación media superior y superior, entre otros, ya que también conforman variables de medición del sistema educativo.