El Ambiente Político de la jornada electoral, nos ha dejado varias lecciones. Por principio de cuentas, la estrategia de Unidad y Grandeza, con Toño Ochoa en Durango capital, fue por demás exitosa, al superar el 46% de la votación en una auténtica paliza al candidato guinda, que fue desplazado al tercer sitio, llegando apenas al 20%. La lección para MORENA es simple: no siempre el “más conocido”, puede llegar a ser el “más votado”, y menos, cuando no se consigue unificar al interior de la 4T. La derrota de José Ramón Enríquez, pesará sobre los hombros de Andy López Beltrán, quien al ser el operador de la elección en Durango, dio entrada a personajes impresentables para el morenismo, anticipando con ello, no solo el fracaso en las urnas, sino una caída estrepitosa en la confianza del movimiento, que inició su padre.
Hubo varios errores, Manuel Espino se los dijo, y seguramente muchos otros lo pensaron: MORENA se equivocó con el candidato; el candidato se equivocó al convocar a personajes foráneos, ajenos al morenismo local, desplazando a los liderazgos duranguenses que sí conocen la realidad de esta tierra; y Andy, el estratega, ¡se equivocó en todo! Su arrogancia fue lo que alimentó el desencanto del morenismo que vio en Pancho Franco y Movimiento Ciudadano, una alternativa más convincente. Sin embargo, Pancho dio otra lección. Mientras lo ignoraban enfrascados en la aparente disputa polarizada, el candidato Naranja, poco a poco, se convertía en un fenómeno político altamente rentable para el partido que dirige a nivel nacional Jorge Álvarez Máynez, transformando a MC en el partido más votado de esta elección, lo que, evidentemente, tendrá efectos en el reparto de regidurías.
En Gómez Palacio, Betzabé Martínez Arango con más del 40% de votación a favor, recuperó el bastión más importante de la Cuarta Transformación en Durango, dando una lección de unidad y trabajo, indiscutible. MORENA, PT y PVEM, y sus respectivas dirigencias, se enfocaron, ahí sí, en un solo proyecto con Betza, quien recorrió de manera incansable cada sección electoral, para construir su triunfo, reafirmando, hoy por hoy, que es uno de los principales liderazgos en la 4T. Paradójicamente, en Lerdo, Susy Torrecillas, candidata de la alianza PRI-PAN, con una votación cercana al 60%, impidió de manera contundente, la llegada de la marea guinda a esa porción de territorio lagunero, en una revancha electoral con la que, prácticamente, dobló a la morenista Flora Leal.
En el contraste de resultados de Gobierno, Toño Ochoa dio una lección determinante: la gente reconoce el trabajo realmente hecho, y repudia las “obras de ficción”. Y es que, hay evidencia de sus cartas credenciales: el presupuesto participativo; el Hospital del Niño 460; el Instituto de Valores; los comedores comunitarios; el Parque Lineal; la pavimentación; las obras hidráulicas; el fraccionamiento Durango Tierra del Cine; etc., son elementos tangibles de la gestión de Toño Ochoa, producto de la efectiva coordinación que existe con el Gobernador Esteban Villegas, el Jefe Político, quien ha dado, quizás, la lección más importante de esta elección, al demostrar que, sin meterse en discusiones estériles, la mejor forma de operar, es a través de la gestión, tal y como lo ha hecho ante la presidenta Claudia Sheinbaum, por Durango, al margen de colores y partidos.