Finalmente, se llevaron a cabo las elecciones intermedias para las 39 presidencias municipales, donde la joya de la corona era Durango capital, seguida de Gómez Palacio y Lerdo, lo que también empezaría a abrir o cerrar puertas para futuros comicios, pero por ahora, se puede decir que el gran perdedor fue Morena con José Ramón Enríquez, como ya lo había adelantado.
Hasta el cierre de la edición, ganó Toño Ochoa, candidato de la alianza “Unidad y Grandeza”, en la capital del estado, al parecer por una diferencia muy marcada, contundente, lo que implica el triunfo del PRI y PAN sobre Morena y sus aliados, porque tenían todo para ganar, pero los ciudadanos demostraron que, aunque la marca de la 4T pesa, no por eso pueden postular a quien sea y ganar en automático, por lo que se confirma lo que aseguré en diferentes ocasiones, cuando se impuso a José Ramón Enríquez como candidato, quien era el menos indicado (junto a otro personaje) para abanderar este movimiento.
Se dijo mil veces, al oftalmólogo se le recordaba por las primeras piedras de obras que nunca se hicieron, por salir de un gobierno del PRI para entrar al PRD, luego se va a MC, después se une con Aispuro y el PAN, cuando fue alcalde por única ocasión, en 2016; en el 2018 s le impuso al PAN desde el CEN del partido naranja en la primera posición al Senado, y aunque llegó al cargo, lo dejó para buscar la reelección en el municipio en 2019, aunque ahí fue la primera ocasión que buscó ser candidato de Morena, sin que le abrieran la puerta, por lo que se lanzó de nuevo por MC; después, desde el Senado, brincó a Morena para buscar la candidatura al gobierno del estado, sin lograrlo.
Esta historia, los duranguenses no la olvidan, sus contrincates la recordaban, se lo dijeron en el debate, igual que cuando la dirigente de Morena no supo decir qué hizo Enríquez cuando fue Alcalde; además de que fue evidente que “el doc” no era el candidato de la Presidenta Claudia Sheinbaum, a pesar de que él se colgó de su imagen siempre que pudo, fue una imposición de Andy López Beltrán ¿Por qué? Nadie lo sabe con certeza, pero junto a la imposición, vino la amenaza de que, todos operaban para que ganara o habría expulsados, exigencia que parecía venir del propio oftalmólogo, porque sabía que le podían hacer lo mismo que él hizo en el 2022.
Los resultados hablan, los duranguenses optaron por Toño Ochoa por haber cumplido los compromisos de su campaña en 2022, incluso superando muchos de ellos, como la pavimentación, donde se superó por más del doble; por obras como el Hospital del Niño 460, comedores comunitarios, recuperación de espacios deportivos y el reforzamiento de la seguridad, por lo que era más fácil creerle a él que iba a hacer las cosas, que creer promesas de alguien que ya incumplió una vez y que ahora prometía imposibles como “boilers y páneles solares para todos”, por lo que reiteró, Morena se equivocó de candidato.
Pero esto no sólo implica quién gobernará el municipio los próximos tres años, sino a quién se le abren y a quién se le cierran las puertas para el 2028 en la contienda por el gobierno estatal: Toño será una opción natural para PRI y PAN si van en alianza de nuevo, y si no, para el blanquiazul ya casi es su candidato; a José Ramón se le quitó la oportunidad de ser el abanderado de la Cuarta Transformación con esta nueva derrota; por el contrario, Betzabé Martínez es ahora la abanderada natural para el movimiento fundado por AMLO; aunque claro que hay quienes también quieren y levantarán la mano para ese cargo, como Marina Vitela, Diputada federal morenista, así como Gonzalo Yáñez, el dueño vitalicio del PT, dos veces impuesto al Senado y quien ya dijo desde el registro de la coalición que “los duranguenses quieren que yo sea gobernador”, pero Betza es la elección lógica a estas alturas, pero tres años es poco o es mucho tiempo, dependiendo de lo que suceda en ese lapso.
FB: Una Segunda Opinión de Todo
